Javier Tebas, presidente de LaLiga, mantuvo ayer, durante más de cinco horas, una reunión telemática con las juntas de sus dos competiciones, la Primera y la Segunda A; esta última con la participación del presidente del CD Tenerife, Miguel Concepción. Los principales asuntos analizados fueron la adaptación del calendario a la situación provocada por el Covid-19 y la solicitud de expedientes de regulación temporal de empleo por parte de los clubes asociados.

En el primer caso, Tebas insistió en la conveniencia de que se retomen las dos competiciones. Sería en junio para llegar al final a lo largo del mes siguiente, con muchas opciones de que los partidos se disputen a puerta cerrada. Para ello será indispensable que la FIFA autorice la prórroga de los contratos de jugadores y técnicos a partir del 30 de junio, en los casos de profesionales que estén comprometidos laboralmente hasta esa fecha, incluyendo a los cedidos.

Esta postura no está relacionada solo con la voluntad de que se jueguen todas las jornadas, sino con la necesidad de que los clubes pierdan la menor cantidad de dinero posible. De hecho, completándose los calendarios, las pérdidas que sufrirían llegarían a un 20 por ciento. Ese desfase no se produciría por una diferencia de ingresos por derechos audiovisuales, ya que en ese apartado los clubes sí cobrarían el dinero pactado, al menos en una suma aproximada. En cambio, sí se notará un descenso de beneficios en la venta de entradas y por la disminución de patrocinadores, dado que muchos partidos, o incluso todos, se jugarían sin público.

Pero estos cálculos podrían ser más dañinos, dado que si finalmente se cancelan las competiciones, se perderán sumas superiores al 30 por ciento. Entre otras cosas, los clubes tendrían que devolver, o dejar de cobrar en el próximo ejercicio, el dinero procedente de la televisión adelantado hasta mayo.