¿Qué es lo que más le ha impresionado de lo que le ha llegado referente a la pandemia?

Que un virus como este provoque tantas consecuencias. Se ha dicho que muchas sociedades o naciones estaban preparadas para estas situaciones, pero se está demostrando que nadie lo estaba, porque el coronavirus está afectando a todos los países del mundo, incluso a los más potentes. Se supone que España tiene capacidad y gente preparada para afrontar una crisis como esta, y espero que las decisiones que se están tomando tengan su efecto lo antes posible.

Fue de los primeros en publicar una advertencia en las redes sociales. Lo tuvo muy claro.

Cuando suceden estas cosas, lo mejor es prevenir y alertar. En ese momento pensé que cuanto antes y más claro lo tuviéramos todos, más pronto íbamos a poder salir de esta situación. Ese es el motivo por el que escribí algo en las redes.

¿Ha notado el cambio que esperaba en el comportamiento de los demás desde entonces?

En los tres o cuatro primeros días del estado de alarma, creo que mucha gente no fue consciente del daño que estaba causando este virus tanto a personas mayores como a otras de menor edad, dependiendo de su estado inmunitario, anímico... Influyen muchos factores. Pero, poco a poco, la gente sí ha ido cogiendo más conciencia, y espero que de aquí a tres o cuatro semanas empiecen a notarse los resultados de este confinamiento en un aspecto positivo respecto a la curva de contagios actual.

¿Cómo se enfrenta al constante flujo de información que genera esa curva de contagios?

Está claro que existe un alto grado de preocupación por los demás, por la familia -sobre todo en los casos de personas que la tenemos lejos-, amigos, gente de tu entorno y demás. En realidad, necesitas saber si hay muchos contagiados o no, e incluso si hay fallecidos. Lo que pasa es que en las redes sociales se está publicando de todo y tampoco puedes estar todo el día absorbiendo cualquier tipo información, porque actualmente casi toda es muy negativa. Pero también tenemos que ser realistas, asumir lo que nos está pasando y poner cada uno de nuestra parte para poder salir cuanto antes de este problema común.

¿Qué conclusiones extrae un estudiante de Medicina de toda esa información que recibe?

Desgraciadamente, esto no va durar dos o tres semanas. La enfermedad va a estar aquí hasta que descubran una vacuna. No hay otra forma de evitarlo. Pero el número de contagios era tan progresivo que no sé si tuvimos que ser más estrictos. La gente debe tener en cuenta que esto va en serio.

Se supone que aún queda mucho por conocer del virus.

Por lo que se sabe, la tasa de letalidad aumenta considerablemente a partir de los 70 años, pero hay personas cercanas a los 40 que también han fallecido. Imagino que dependerá de la carga viral. No es lo mismo contagiarse de una única persona que de seis o siete, que es algo que puede pasar perfectamente. En ese caso, incluso con un sistema inmune potente, puedes sufrir una neumonía, que es algo que está ocurriendo.

¿Contagios de varios focos?

Si la carga viral te la administran varias personas, lógicamente es más alta. No es lo mismo tener un millón de bichos en tu cuerpo que diez millones; a tu sistema inmune le costará más combatirlo.

La clave, de momento, estaría en cortar esa cadena.

Sí. Se trata de evitar contagios de una o de varias personas. Si haces las cosas bien, es muy difícil que te contagies, pero siempre hay excepciones y por eso los sanitarios están quedando muy expuestos, o también la gente que, por ejemplo, trabaja en los supermercados o farmacias. Todos ellos merecen nuestra admiración, porque nos están sacando adelante.

Le toca más de cerca el aplauso colectivo al sector sanitario.

Sí, pero yo siempre he considerado fundamental el sistema sanitario: médicos, enfermeros, auxiliares... Parece que no se valora tanto ese trabajo hasta que pasan cosas como estas. Desgraciadamente, ahí es cuando la gente se da cuenta del valor que tiene la sanidad en nuestra sociedad. Al final es una cuestión de salvar vidas, que es lo más importante.

¿Se llega a poner en su lugar en situaciones de dificultad incluso por la falta de material?

De hecho, tengo algunos compañeros de estudios que, desgraciadamente, ahora están contagiados. Tendrán que estar en sus casas durante 15 o 20 días, pero es gente joven con un sistema inmune fuerte y lo superarán sin problemas. Eso sería lo más normal. Se está viendo que el ritmo de contagios en el sector de la sanidad está aumentando mucho y eso es un problema, porque cada vez va quedando menos gente para trabajar y el sistema tiene que echar mano de jubilados o de estudiantes recién salidos de la Facultad que no tienen tanta experiencia. Pero dadas las circunstancias, con tal de ayudar, todo es bien recibido.

La vocación queda fuera de toda duda en estas profesiones. Supongo que usted la sentirá igual aunque sea estudiante.

Cuando eres médico o enfermero, tienes el objetivo principal de salvar vidas porque es como mejor te sientes, es para lo que has estudiado y por lo que te has esforzado tanto. Y cuando te encuentras en una situación de crisis como esta, aunque tengas ese miedo que todo el mundo puede sentir por muy fuerte que sea mentalmente, porque el virus está causando estragos, tienes que ser consecuente e ir adelante para ayudar. Es tu vocación, lo que has querido hacer. Y protegiéndote bien, no tiene por qué pasarte nada. Pero es verdad que se están produciendo más contagios por falta de material.

¿Tiene a más conocidos que hayan dado positivo aparte de esos compañeros de carrera?

Afortunadamente, no. Pero, por ejemplo, mi padre es enfermero. Hablo mucho con él y le recuerdo que, aunque no trabaje en un hospital, se proteja y trate a todos los pacientes como si tuvieran coronavirus, porque hay muchos que son asintomáticos y no sabes si te pueden transmitir o no este virus. Él tiene 60 años y estoy con esa incertidumbre. Es un sanitario más y está ayudando a la gente, pero debe tener mucho cuidado.

¿Iba a seguir sus pasos o siempre quiso ser médico? ¿Cómo conectó con ese camino?

En el curso anterior a mi ingreso en la Universidad, fui campeón de España por autonomías con la selección valenciana, me concedieron la categoría de deportista de élite y me bajaron la nota de corte. Me pedían un 10 sobre 12 y saqué un 10,8 en la selectividad. Estaba entre Enfermería, Medicina y Fisioterapia, y al final me decanté por la carrera de Medicina.

¿Le ha resultado muy difícil compaginarlo con el fútbol?

Hice los tres primeros años de la carrera en Alicante, porque soy de allí y jugaba en el Hércules. Y saqué todas las asignaturas por curso. Luego, cuando fiché por el Sevilla, me apunté a menos asignaturas y fui a un ritmo más lento. Vivía solo, tenía que ocuparme de muchas más cosas y debía centrarme en el fútbol, ya a nivel profesional, que es más exigente que en un equipo de Segunda B. Pero a día de hoy, estoy contento. Me quedan nueve asignaturas y las prácticas para terminar la carrera.

¿Qué enfoque le dará?

Me gusta la Traumatología, porque está relacionada con el fútbol, o la Medicina del Deporte. Son las opciones que más me atraen, pero lo veré cuando me retire, porque no podría hacer la residencia compaginándola con el fútbol.

¿Qué valor le da a la decisión del club de mantener los puestos de todos los trabajadores?

El club tomó esa decisión y me parece bien. Cada equipo es una historia diferente y tiene sus presupuestos y sus deudas, pero se agradece que tanto los jugadores, como el cuerpo técnico y, en definitiva, todos los trabajadores podamos mantener los puestos. Desgraciadamente, los ERTE sí han llegado a muchas empresas. Estoy contento de que no pase en el club.

¿Cómo es ahora su día a día?

Entreno en casa como puedo, con una bicicleta estática que nos puso el club a nuestra disposición. También hago ejercicios dinámicos, de core, abdominales, de fuerza... Lo que se puede con algunas pesas pequeñas o gomas elásticas que nos han dado en el club. Con eso podemos mantener la forma, más o menos. Espero que en tres o cuatro semanas, como mucho, podamos entrenar de nuevo en grupo. Y si no es así, a seguir manteniendo la forma de este modo.

Un reto compartido por todos los clubes y todos los equipos.

Y es complicado, porque los hay con peores medios. Pero cada uno tiene que ser responsable y seguir trabajando, porque no sabemos cuándo vamos a volver a jugar. Tenemos que estar preparados porque cuando volvamos, si lo hacemos, que no es seguro, imagino que se jugarán partidos cada menos tiempo. Si no, el riesgo de sufrir lesiones será más alto.

¿En qué se notará más?

Principalmente, en el fondo físico y la resistencia. No es lo mismo entrenar cada día en el campo o jugar partidos que hacer bicicleta estática. Son esfuerzos diferentes. Intentas adaptarte al máximo, pero nunca es igual. La resistencia es el factor que más se va a notar.

Hay deportistas que reclaman su derecho a entrenar con normalidad porque defienden que es una actividad laboral.

Lógicamente, con lo que se ha impuesto, no se puede hacer. Por lo tanto, hay que entrenar en casa.

¿Cree que se terminará el campeonato? ¿Qué intuye?

Es difícil, pero visto lo visto, lo veo complicado porque nos aún quedan varias semanas duras. Lo digo por cómo se está alargando esto y cómo progresan los datos, pero no dejo de ser optimista y tengo mi ilusión. Dudo mucho que vaya a ser en abril, pero igual en mayo hay alguna posibilidad de que se pueda retomar la competición.

Con un calendario apretado.

Sí. Dicen que quieren que la Liga acabe el 30 de junio. Lo más justo será que todo termine en el campo, como empezó, con ascensos y descensos. Y si hay que jugar cada menos días, lo aceptaríamos.

¿Y si la Liga se declara nula?

Es complicado, pero si se declara nula, tendría que ser nula para todos. Los descensos son muy negativos y los ascensos, todo lo contrario, pero si queremos igualdad, tendría que ser nula para todos.

¿Cómo cree que le sentará al Tenerife esta pausa obligada?

Sinceramente, creo que este parón nos ha perjudicado, porque en el año 2020 entramos en una dinámica muy buena y estábamos progresando como equipo. Esta interrupción ha sido totalmente inesperada, pero es lo que hay, tenemos que aceptarla. Por eso estamos preparándonos bien, con planes de trabajo para llegar en buenas condiciones a una posible vuelta.

En lo personal, la totalidad de la temporada estaba siendo óptima. ¿Lo imaginó cuando fichó por el club el pasado verano?

Tanto la afición como el club me están valorando bastante y eso se agradece. Cuando un jugador entrena y compite lo mejor posible, también lo hace para eso, para que la gente esté contenta con uno y le apoye. Al principio del campeonato me costó entrar en las alineaciones, pero trabajé más duro y cuidé las detalles para poder optimizar mi rendimiento. Y cuando entré, pude contar con continuidad.

¿Qué es lo que más echa de menos de la rutina de antes?

Sobre todo, ir a entrenar, el día a día, ese contacto con el equipo; más si cabe por lo bien que estuvimos en los últimos meses. De hecho, iba más contento e ilusionado a entrenar. Solo con eso era feliz, compartiendo ese tiempo con los compañeros, trabajando en el Heliodoro.... Encima, con el clima que hay en esta Isla era una maravilla.