El Cisneros Alter fue uno de los clubes que rubricó su conformidad con la propuesta de la Real Federación Española de Voleibol (RFEVB) para concluir la competición de la temporada 2019/20 con fecha 18 de marzo. El presidente del club, Tomy López, manifiesta que esta "es la salida más lógica para todos, ya que es inviable volver a arrancar la Liga nuevamente después de este parón porque nadie sabe, a ciencia cierta, ni cuándo se podrá volver a entrenar ni tampoco cómo volver a unificar las plantillas de cada equipo que venían jugando hasta la última fecha que se celebró del campeonato".

"Ahora tenemos la incertidumbre -prosiguió López- de conocer lo que ocurrirá con los ascensos y descensos, aunque ya hay campeonatos, como el alemán, que han decidido dejar todo tal y como estaba para volver la próxima temporada con los mismos equipos", precisa.

En este sentido, el dirigente del club lagunero indica que la RFEVB "tiene ahora una buena oportunidad para, si lo considera oportuno, dar entrada a los 4 equipos que tenían que jugar una liguilla por el ascenso y ampliar la Superliga 1 a 16 equipos. La elite del voleibol masculino en nuestro país solo tiene 12 equipos y es una cifra relativamente baja si se la compara con el número de competidores que poseen otras grandes Ligas a nivel europeo".

"De esa manera", manifestó el presidente del Cisneros, "la Superliga 2 seguiría teniendo los mismos dos grupos de 12 equipos que en la actualidad y nosotros seguiríamos compitiendo la próxima temporada con un proyecto deportivo que es básico para el voleibol masculino de Tenerife".

LA ODISEA DE EDUARDO ROMAY

El Cisneros invirtió muchos esfuerzos en intentar conservar la categoría y se reforzó, desde el pasado mes de enero, con la llegada de varios jugadores que iban a apuntalar la plantilla para permitir ganarse la permanencia. El último en llegar fue el capitán de la selección peruana, Eduardo Romay, quien ante la amenaza de un posible cierre del espacio aéreo por la crisis internacional desatada por el coronavirus (Covid-19) decidió regresar a su país.

López lamentó que las compañías aéreas "traten de hacer negocio con una desgracia de salud pública" y aseguró que el billete de vuelta "costó cuatro veces más que el que sacamos en su día para que viniese a la isla a jugar con nosotros".

"En cualquier caso, lo más importante es que ya está bien y de vuelta con su familia, aunque no lo tuvo nada fácil ya que tomó el vuelo un sábado y hasta el lunes no pudo aterrizar en Perú. Tenía una combinación aérea de Tenerife a Madrid y, desde ahí, hasta Sao Paulo para enlazar finalmente con Lima. Lo que ocurre es que la escala en Brasil fue más larga de lo debido y tuvo que esperar muchísimo en el aeropuerto de Sao Paulo", lamentó.