El Valencia, pese a su intensidad en un partido aceptable en un Mestalla vacío, nunca tuvo opciones y se quedó muy lejos del premio de obtener una remontada épica ante el Atalanta, que se impuso por 3-4 con un póquer del esloveno Josip Ilicic.

Buena parte de la eliminatoria ya había quedado resuelta con el 4-1 de la ida, pero los dos penaltis con los que fue castigado el equipo local en el primer tiempo dejaron al partido sin resquicios para la remontada.

Fue un partido de goles, en el que el intercambio de golpes perjudicó a un Valencia que sufrió un castigo excesivo. Un claro penalti de Diakhaby sobre Ilicic, en el segundo minuto de juego y transformado por el mismo jugador, convirtió de entrada la obligación de marcar tres goles para ganar por la de conseguir cuatro para empatar.

Al Valencia le costó reponerse del tanto visitante, pero un pase de Rodrigo permitió que Gameiro estableciera la igualada.

Aunque el conjunto de Celades creció tras el empate, una mano de Diakhaby fue castigada como pena máxima. Ilicic volvió a marcar y la eliminatoria quedó lista.

Gameiro empató en los primeros compases de la reanudación y el tanto hizo que Valencia no le perdiera la cara al partido. Aunque Ferran hizo el 3-2, poco después Ilicic, con su tercer gol, volvió a equilibrar el encuentro.

El partido se podía decantar para cualquier lado, pues los ataques superaban a las defensas y la entrada de Cheryshev por Coquelin fue el último signo de que lo importante para el Valencia era reservar jugadores. El Valencia, sin centrales, dejó muchos huecos e Ilicic los aprovechó.

El Tottenham necesitaba remontar el 0-1 de la ida, pero no hubo ningún momento del partido en el que diera la impresión de poder lograrlo. El Leipzig controló el partido desde el comienzo ante un Tottenham inseguro que no logró combinar en ataque y que cometió errores elementales.