Ganar para evitar sobresaltos... y un calendario saturado. Eso es lo que buscará esta tarde el Iberostar Tenerife en su visita al Filou Oostende con motivo del segundo encuentro de la eliminatoria de octavos de la Basketball Champions League. En caso de salir airoso del Versluys Dome, el cuadro de Txus Vidorreta lograría la clasificación para los cuartos de final (donde le esperaría el Zaragoza o el Leitkabelis lituano), a la vez que evitaría jugársela a una carta dentro de siete días en el Santiago Martín. Un tercer duelo de desempate que además llevaría aparejado un sobreesfuerzo físico, toda vez que los isleños visitan ese jueves 19 al UCAM Murcia para ponerse al día en la Liga Endesa, donde luego espera el Valencia, el domingo 22. Razones más que suficientes para no salir a especular hoy en suelo belga.

Con el choque celebrado en el recinto de Los Majuelos como espejo, el Iberostar tiene que ser más contundente en el uno contra uno y, en especial, cerca del aro. Una deficiencia atrás que ya le causó más de un quebradero de cabeza el pasado martes a los isleños, que pusieron alfombra roja en varias penetraciones de un Oostende, en el que sus cincos, tan desconocidos como efectivos, se dieron un festín en la zona: 10/10 en tiros de dos entre Desiron y Buysschaert. Dicha tara ya fue advertida sobre la marcha por el propio Vidorreta, si bien la necesaria mejoría solo se evidenció en los primeros minutos del encuentro contra el Baskonia. Hoy toca un redoble de intensidad para Shermadini y Bogris, que igual podrían tener una nueva pareja de baile, el gigante lituano Mindaugas Kupsas, que ya debutó (discretamente) el sábado en la liga belga.

Otro aspecto a tener en cuenta para el compromiso de esta tarde será el rendimiento de Marcelinho Huertas, quizá condicionado por el estado de su zona lumbar, aquella con la que llegó tocada al partido del domingo, según reveló posteriormente Vidorreta. Además, el brasileño debe exprimir al máximo su inteligencia -y paciencia- baloncestística, toda vez que los rivales parecen haberle cogido la matrícula como forma de ahogar el juego canarista. Poner un grande sobre el de Sao Paulo, como ya hiciera el Andorra en el momento decisivo del choque de Copa, y también el propio Oostende en La Laguna; o hacer continuos dos contra uno (Henry y Diop lo acabaron desquiciando el domingo) han sido, en estas últimas semanas, las armas más efectivas para cortocircuitar al director de juego canarista.

Prácticamente igual de fundamental serán las prestaciones desde el perímetro de los aurinegros, tan fiables recientemente en la BCL (34/79 para un 43,04% en sus tres encuentros más recientes) como desacertados el domingo en Vitoria (3/18 hasta el minuto 36). En este sentido, la aportación de Dani Díez (0/5 en el Buesa Arena) y de Sasu Salin (19/34 en sus últimos cuatro duelos) deben suponer un punto de inflexión definitivo para los isleños.