Más sufrido de lo esperado y hasta deseado, pero triunfo a fin de cuentas, que es lo que vale. El Iberostar Tenerife se apuntó ayer la primera de las dos victorias que necesita para meterse en los cuartos de final de la Basketball Champions League, al doblegar al Filou Oostende. Una renta final, la de los diez puntos, en la que habitualmente se movieron los de Txus Vidorreta que, sin embargo, no fueron capaces de darle la puntilla al choque hasta que llegaron sus compases finales. Y es que el cuadro belga se mostró en todo momento muy batallador y en absoluto se vino abajo pese a verse 16 abajo en el segundo cuarto (38-22) e incluso 13 en el inicio del tercer acto (50-37).

Un evidente colapso ofensivo aurinegro después del descanso y los puntos de Desiron cerca del aro (7/7 en tiros de dos) acercaron al Oostende a solo tres puntos (66-63, 34'), si bien ahí sendos triples de White y López, más la aportación interior de Shermadini (que hizo 15 puntos en los últimos 12 minutos del encuentro) permitieron fabricar para los canaristas un parcial de 15-6 con el que el choque quedó sentenciado (81-69). Huertas, otra vez en doble-doble (19 tantos y 10 asistencias), también fue clave para los tinerfeños, que tuvieron en Salin (16 puntos) a su otro hombre más destacado frente a un adversario que por momentos hizo mucho daño con sus penetraciones y sus interiores (25/36 en la pintura), pero que también le buscó las cosquillas a los laguneros jugando con cinco pequeños.

Pareció ser plácido el arranque para los canaristas, que buscaron con facilidad a Shermadini bajo el aro y se aprovecharon de la mano de Salin (7-2). Todo pese a que el Oostende trató de cortocircuitar a Huertas poniéndole encima a Schwartz (1,98 metros). Para aguantar el arreón local, los belgas recurrieron a su tiro exterior y a su presencia en el rebote de ataque (tres en los mismos minutos). Eso llevó el duelo a un intercambio de canastas (13-14), en gran medida porque los aurinegros no fueron capaces de hilvanar dos buenas jugadas en los dos lados de la cancha.

El punto de inflexión llegó con un par de notables defensas de los isleños, la continuidad en el acierto del tiro exterior (5/7 en el primer cuarto) y la impronta de Huertas, que con un triple marca de la casa a una pierna cerró el acto inicial (29-20) yéndose hasta los 13 puntos (3/4 desde el 6,75). A eso se añadieron las rotaciones, un factor en el que el fondo de armario canarista fue superior, al menos de entrada, al de su oponente. Se explica así un parcial de 16-4 con el que el Iberostar puso tierra de por medio hasta el 38-22 (13').

Aún así, no terminó de definir su superioridad el conjunto lagunero, demasiado blando, y además en no pocas ocasiones, en sendas defensas del 1x1 que acabaron con penetraciones hasta la cocina ante la ausencia de ayudas. Tampoco supieron frenar los laguneros las acciones en el poste de Buysschaert, gracias a lo que el Oostende amagó con volver al encuentro (38-29). Los de Dario Djergja, sin un cinco nato, siguieron anotando con cierta facilidad cerca del aro (12/19 en tiros de dos, todos dentro de la pintura), aunque dos triples de Salin (4/6 al descanso y 14 puntos), otros tantos libres de Huertas, y un pase de fútbol americano del propio base desde la línea de fondo para que Shermadini rematara sobre la bocina, permitieron a los de Vidorreta llegar 11 arriba al descanso (48-37).

Un alley oop de Huertas para White (50-37) pareció ser una declaración de intenciones al inicio del tercer periodo. Un espejismo. El Canarias, algo obtuso en ataque, no pudo ni con la sobriedad de Djordjevic ni con la efectividad bajo el aro de Desiron (seis puntos casi seguidos para el 54-48). El Oostende logró, a su sexta intentona, colocarse a cuatro (56-52) y meter el miedo en el cuerpo a los locales. Al rescate salió Shermadini (ocho puntos seguidos), primero aprovechándose de las asistencias de Huertas y luego generándose sus propias canastas (64-56). Pero ni con esas el Iberostar logró poner tierra de por medio (64-58) antes del último periodo.

El Oostende pareció no rendirse, pero en su última intentona erró para situarse a cuatro (71-65) antes de que el Canarias le pusiera, por fin, la puntilla al encuentro, primero con un triple de López (76-65) y luego con Shermadini haciéndose fuerte en la zona y culminando un parcial de 15-6 (para el 81-69 a 2:15 de la conclusión) que evitaron mayores sobresaltos -tras todos los vividos previamente- para los canaristas en los instantes finales del duelo. El martes, en Bélgica, seguramente será otra historia.