Se vio obligado a dejar de jugar siendo uno de los goleadores de la plantilla del Tenerife, con cuatro tantos, empatado con Suso, Lasso y Malbasic, y autor de dos asistencias. Casi enlazó una rotura muscular con otra. Paró un mes y medio a partir de la visita al Mirandés, del 26 de octubre, por una lesión en el adductor, y poco después tuvo que regresar a la enfermería a causa de una rotura en el sóleo que notó en Riazor justo antes de las vacaciones navideñas. Finalmente, se reencontró con la competición el pasado sábado. Unos minutos en el tramo final de la victoria ante el Elche confirmaron el alta deportiva de Álex Bermejo.

El canterano del RCD Espanyol pasó de participar -casi siempre como titular- en doce de los trece primeros encuentros de la temporada a intervenir solo en dos (ante Alcorcón y Deportivo entre las dos roturas musculares) de los dieciocho posteriores, contando las tres eliminatorias de la Copa del Rey.

El atacante barcelonés vuelve a escena con el entusiasmo de siempre; el mismo que comparte con una plantilla formada por jugadores "jóvenes y ambiciosos" que no se ponen "límites en cuanto a la posición en la tabla". La nueva referencia de solo cuatro puntos de desventaja con la sexta plaza, la que da entrada a la promoción, se presenta como un aliciente más para un Tenerife que, en cualquier caso, no modifica su "ilusión por ganar cada domingo".

Bermejo asistió al despertar del equipo con una mezcla de sensaciones. "Desde fuera te muerdes las uñas y te sientes mal por no poder aportar tu granito de arena, pero también te quedas con la conciencia tranquila por ver que los resultados ven llegando", resume, aliviado por haber subido a tiempo a la ola de resultados positivos. Precisamente, considera que la clave de la reacción ha estado el signo de los partidos. "La ilusión que tenemos es la misma que antes, pero ahora la pelotita está entrando, nos hemos hecho más fuertes atrás, estamos encajando menos goles y hemos sumado más puntos, pero en cuanto a competitividad en los entrenamientos y en todo, no hay mucha diferencia", asegura comparando etapas. "También estamos más tranquilos, porque no es bueno tener que jugar con el agua al cuello", concluye.