El Barcelona regresa a la Liga de Campeones para jugar ante uno de los equipos más populares de Italia, el Nápoles, justamente en un estadio que fue durante años el santuario de uno de los futbolistas más famosos de la historia del fútbol, Diego Armando Maradona, también exjugador azulgrana.

Otro astro argentino, en este caso activo, como es Messi, es el que ostenta la condición de santo y seña de los culés, y cuyas actuaciones están llevando a su equipo a un resurgir después de que sus cuatro goles el fin de semana pasado contra el Éibar (5-0) ayudasen al Barça, gracias a la carambola de la derrota del Real Madrid, a recuperar el liderato de LaLiga.

El Barcelona viajó con 21 jugadores a Nápoles, donde jugará por primera vez un partido oficial, pero sin muchas posibilidades de hacer un equipo titular con muchas variantes. El Barça vuelve a afrontar un partido muy justito de mimbres debido a las lesiones, las últimas, de los dos laterales (Sergi Roberto y Alba). En sus puestos, Nelson Semedo y Junior están llamados a salir en el equipo titular.

El partido en San Paolo cobra una importancia desmedida, ya que el choque se encuentra en un periodo muy convulso en Barcelona, donde las tensiones internas de la directiva, debido al escándalo de las redes sociales, llevó a una parte importante del Camp Nou el pasado sábado a pedir la dimisión del presidente Bartomeu. La inminencia del clásico el domingo en Madrid confiere a este partido en Nápoles una importancia vital, ya que el pulso acelerado del barcelonismo se puede alterar considerablemente ante cualquier resultado que no sea una victoria hoy.

Enfrente, el equipo de Setién tendrá a un Nápoles que dio su mejor versión en la Champions, en la que fue capaz de doblegar al Liverpool en San Paolo y de empatar en Anfield, y que busca regalarse una noche épica en su feudo.

Los hombres entrenados por Gattuso lograron incrementar el nivel de sus prestaciones en los partidos grandes y también doblegaron a la Juventus en la Serie A (2-1), eliminaron al Lazio, que lleva una racha de 20 partidos ligueros sin derrotas, de la Copa Italia y vencieron al Inter en San Siro.

Gattuso debería encomendarse a un 4-3-3 con una delantera ligera, compuesta por Insigne, José Callejón y Mertens, más adecuada para aprovechar los espacios que pueda conceder el Barcelona.

La baja más importante en el Nápoles será la del defensa senegalés Kalidou Koulibaly.