Los negros nubarrones que se cernían sobre el Tenerife se han alejado después del parón navideño, pero no han desaparecido del horizonte. La frágil distancia de cuatro puntos sobre los puestos de descenso a Segunda B aconseja no bajar la guardia en ningún momento. Menos aún después del tropiezo en casa ante un rival, el Rayo Vallecano, que le ha demostrado a los de Rubén Baraja que el desenlace de la competición, en forma de permanencia garantizada, está aún por certificar.

Se presenta así el Elche en el Heliodoro como una seria amenaza para los blanquiazules. Es el cuarto mejor visitante de la categoría, compite siempre, sueña con el playoff y cabalga a lomos de Nino, la última gran estrella del conjunto insular. Su estela permanece brillando en el firmamento birria a la espera de un sucesor digno después de nueve años.

Ante este panorama, no le queda otra al equipo local que mantener la tensión competitiva y poner todo de su parte para sumar los tres puntos en juego esta tarde. Disfrazarse de soberbia o de despiste solo traería desgracias.

Con la posibilidad de repetir once, el técnico tinerfeñista valora la posibilidad de dar la titularidad a Shaq Moore en el extremo derecho en detrimento de un Suso Santana, que completó una actuación deficiente la pasada semana ante el Rayo. No obstante, el brazalete pesa. Sería la única novedad, salvo sorpresa. Ante la perspectiva de la visita a Oviedo de la próxima semana, convendría echar un ojo a las tarjetas. Acumula cuatro, desde hace varias jornadas, Luis Milla. Sería una baja sensible en el Carlos Tartiere.

Pero como quiera que Baraja no mira más allá del próximo partido, no reservará futbolistas. Sí podría tenerlo en cuenta en función de cómo marche el enfrentamiento contra los ilicitanos. Esperarán su oportunidad en el banquillo Dani Hernández, felizmente recuperado y que deberá esperar por la quinta amarilla a Ortolá para regresar, y Álex Bermejo. Este último irá teniendo minutos poco a poco. Su entrenador no quiere riesgos en el retorno.

Enfrente, un equipo bien trabajado, en dinámica ascendente desde la pasada campaña y con una idea de juego en la que confían. No rehuirá el cuadro que dirige Pacheta la posesión de balón, aunque también se trata de un grupo con futbolistas capacitados para hacer mucho daño con espacios. Su fútbol atrayente en la salida invita a la presión alta, pero convendría no menospreciar su capacidad para sortear esa primera línea defensiva. Sus números a domicilio solo son peores que los de los tres primeros clasificados de Segunda. En contra, la estadística el recinto capitalino: no ha ganado en sus últimas 13 visitas (nueve derrotas y cuatro empates).

Cuenta con una ausencia destacada, Manuel Sánchez, que deja el doble pivote en Ramón Folch y Mfulu como alternativas. El primero, que era duda por su inminente paternidad, ha viajado finalmente a la Isla. En ataque no se esperan cambios, por lo que Nino hará de nueve con Pere Milla a su espalda.

La situación se viene repitiendo desde la salida de Yacine Qasmi en el mercado de invierno. Precisamente su sustituto, el brasileño Jonathas, entra en la convocatoria pero está lejos de su mejor estado de forma. La duda de Pacheta está en la segunda línea, donde Josan e Iván Sánchez pugnan por un puesto. En la otra banda, el examarillo Fidel.