¿A qué le sonaba el Tenerife?

Siempre escuché que estuvo en Primera, que en Segunda compite por subir, que hace poco jugó un playoff... Haciendo las cosas bien y trabajando duro, tanto el Tenerife como el Heliodoro le pueden venir muy bien a un futbolista.

¿Fue su primer cambio de equipo en un mes de enero?

Sí. Cuando no estás jugando, este mercado te da la posibilidad de ir a un club que te ofrezca confianza para participar y sentirte futbolista.

Lo de subirse a un tren en marcha tendrá sus inconvenientes.

Pero lo haces con la idea de competir, de aportar y de prepararte para ponérselo difícil al míster. Todos queremos jugar. En especial, yo. En mi caso tengo unas ganas enormes.

¿Ganas acumuladas tras una primera vuelta casi en blanco?

Pero son elecciones de los entrenadores. Como todos, trabajé duro para estar preparado cada fin de semana. Y así voy a seguir.

¿Tuvo clara su salida?

Sí. Lo que realmente necesita un futbolista es jugar para seguir creciendo, y eso es lo que me planteé. No me lo pensé dos veces.

Recibiría más ofertas.

Incluso del extranjero. Por unas cosas y por otras, se fueron alargando las negociaciones. Y hablando con Víctor (Moreno) y con Rubén (Baraja), me convencí. Al ver los partidos del Tenerife, sentí confianza y ganas de unirme.

¿Qué fue lo que le sedujo?

El Tenerife estaba abajo; no en descenso, pero cerca. Y lo vi competir en la Copa del Rey ante grandes rivales. Me pareció un buen equipo. Además, siempre hablas con unos y con otros y te enteras de cómo es el grupo, te informas sobre la dinámica y demás, y todo lo que pensé que me iba a encontrar, se confirmó cuando llegué. El equipo trabaja muy bien, le mete mucha intensidad a los entrenamientos y tiene bastante calidad.

¿Algún jugador en especial?

Muchos podrían jugar en Primera División perfectamente.

¿Qué ambiente había?

El de un equipo que estaba despegando. Me encontré con un grupo con calidad, formado por chavales que entrenaban fuerte y que querían hacer las cosas bien. Y en las dos semanas que llevo aquí, el comportamiento ha sido el mismo.

¿Es fácil sentirse identificado con un club en tan poco tiempo?

Los compañeros me lo han puesto fácil. Me han integrado. Hemos hecho grupo, vamos un día a comer, otro a cenar... Y sí te sientes identificado. Parece que llevo más tiempo en el Tenerife.

Entonces, ¿el sentimiento de pertenencia fue inmediato?

Desde el primer momento tuve claro que soy del Tenerife a muerte. Firmé por estos cuatro meses para pelear y defender estos colores como el resto de compañeros.

Una cesión solo hasta junio.

Hasta que finalice la temporada, pero ojalá la terminemos lo más tarde posible. Eso sería bueno para todos. La cesión es la que es, pero hasta el último día voy a darlo todo para ayudar al Tenerife.

¿Dejaría la puerta abierta a una posible continuidad?

Nunca se sabe. Estoy cedido por el Alavés y no puedo valorarlo ahora. En verano veremos qué pasa.

¿Le sorprendió la desvinculación de Víctor Moreno?

Sí, porque fue con quien hablé para venir al Tenerife. Con él y también con el míster. Pero es un tema que tampoco puedo entrar a valorar. Son decisiones del club.

Tuvo minutos ante el Extremadura y el Rayo. Ya ha dejado pinceladas de su estilo de juego.

Soy un futbolista que siempre quiere estar en contacto con el balón, y si me paso 10 minutos sin intervenir, ya no estoy cómodo. Soy un jugador de recorrido. Me gusta llegar al área, dar el último pase, asociarme con los delanteros y los extremos para acabar las jugadas... Y luego, en distintas fases, lo que vayan pidiendo tanto el partido como el equipo para caer en distintas zonas del campo.

¿Encuentra buenos socios?

En el centro, tanto Aitor Sanz como Milla, que juegan habitualmente, son futbolistas de mucha calidad. Es fácil asociarse con ellos. En cuanto a los delanteros, extremos y laterales, le dan un muy buen trato al balón y así es más fácil. Cuando te rodeas de buenos futbolistas, es mucho más fácil jugar.

¿La posición en la tabla se ajusta al rendimiento actual?

El rendimiento en enero y en el inicio de febrero está siendo muy bueno. Pero la competición comenzó en agosto, tenemos los puntos que tenemos y estamos en la situación en la que estamos. Hay que seguir dando pasos adelante.

¿Qué final de Liga imagina?

Tenemos que estar centrados en afrontar cada semana como si fuéramos a jugar una final. Evidentemente, si competimos como hasta ahora y alargamos la racha, poco a poco nos iremos alejando del peligro. Pero tampoco podemos mirar más allá. La realidad es que tenemos cuatro puntos sobre el descenso y que un buen partido puede hacer que nos alejemos, pero otro no tan bueno y que se nos escape nos volvería a meter en la pelea.

¿Cómo se sintió siendo local en el Rodríguez López?

Me pareció un estadio espectacular. Ya había jugado aquí de visitante. Ante el Rayo se registró una gran entrada y hay que intentar que eso no se pierda y que vaya a más. Sería bueno para el grupo.

Fue visitante con el Lorca.

La Liga pasada no vine con el Oviedo. Y con el Lorca (17/18) ya pude comprobar que cuando el Heliodoro aprieta, se nota.

¿Es para tanto?

Sí. Por eso digo que cuanto más fuertes nos hagamos en casa, mucho más fácil será todo para el equipo. La confianza que nos transmite el Heliodoro es diferencial.

Hablando de visitas a la Isla, ¿añadimos una siendo juvenil?

Así es. Fue en la Copa del Rey, en la Ciudad Deportiva del Tenerife, en cuartos de final (2014).

La suya sí fue una formación casi completa en el Real Madrid

Llegué al club con solo 11 años. Me incorporé al alevín A. De ahí pasé por todas las categorías de la cantera hasta llegar al Castilla, donde estuve tres temporadas.

¿Cómo llega un chico de once años de Parla a Valdebebas?

Jugaba en el equipo de mi ciudad, en el Parla Escuela. Teníamos una buena camada y yo jugaba con chicos que tenían un año más que yo. Fuimos campeones del grupo de la zona sur de Madrid y eso nos permitió competir con rivales como Real Madrid o Rayo. Ahí fue cuando me captaron.

¿Con el perfil de ahora?

Cuando jugaba a fútbol 7, me movía más adelante; era el delantero. Pero cuando pasé al fútbol 11 empecé a jugar de mediocentro.

¿Qué entrenadores influyeron más en su formación?

No me quiero olvidar a nadie, los podría nombrar a todos: Iñaki Beni, Pepe, Fernando Morientes, Ramis, Zidane, Solari... Fue un privilegio estar en la cantera del Real Madrid durante doce años.

Creciendo en una generación que está empezando a asomar.

Jugadores que, en su gran mayoría, han llegado arriba. Son muy buenos a nivel mundial, como Mario Hermoso o Marcos Llorente, que el martes compitió con el Atlético en la Champions. Fue un orgullo haber jugado con ellos. Son compañeros y amigos, y es bonito verlos en el más alto nivel.

¿Cómo es Zidane?

Tiene humildad, es muy profesional, trabaja mucho y muy bien... Cuando alguien gana tres Champions seguidas, no es por casualidad. Es cierto que tiene un gran equipo a sus órdenes y que todos son muy buenos futbolistas, pero él ha sido el jefe para combinar todas esas cosas.

Fue Carlo Ancelotti quien le dio su gran oportunidad.

Él estaba como primer entrenador junto a Fernando Hierro, que era el que venía a por los que jugábamos en el Castilla o el Madrid C. Estaba más cerca de la gente de la casa. Y cuando te llamaban para ir a entrenar y demás, era súper bonito. En un partido de vuelta de la Copa del Rey ante el Cornellá (2014), en el Santiago Bernabéu, tuve mi oportunidad de debutar. Fue un día que recordaré como uno de los más felices de mi vida, porque pude cumplir mi sueño de niño tras muchos años de trabajo y de sacrificio de mi familia, llevándome a entrenar y demás.

Se quedó a un paso de estrenarse con el Madrid en Liga.

De la misma manera que Fernando y Ancelotti me dijeron que estuviera preparado en la Copa, el partido de Liga para el que fui convocado (con el Éibar en el Bernabéu) fue por otro lado. Ancelotti tuvo que meter a un defensa y a Lucas en el medio, y me quedé sin jugar. Pero el hecho de haber estado ahí fue una experiencia más y lo valoro todo con mucha alegría.

Luego salió cedido a un Lorca recién ascendido a Segunda A.

Ya llevaba unos cuantos años en Segunda B y pensé que era oportuno dar un paso más. El Lorca era un recién ascendido y sabía que iba a estar compitiendo para quedarse en la categoría, pero lo afronté como un reto; un reto que, pasado el tiempo, lo analizo de forma muy positiva, porque crecí como futbolista y como persona. Aunque descendimos, me vino súper bien.

¿Cómo se tomó su posterior salida definitiva del Madrid?

El club me permitió salir al Alavés, pero se guardó una opción de futuro. Al final estás dando un paso a un equipo de Primera División que te ayuda a estar un poco más cerca de lo que realmente quieres. Firmé con el Alavés, pero me marché cedido al Real Oviedo para seguir dando pasos adelante y competir en Segunda División.

Llegamos a la Liga 19/20. La inicia con el Alavés y juega solo un partido en la primera vuelta.

Esa semana teníamos partido de Copa del Rey y el míster (Garitano) no me dio la oportunidad, así que pensé que tampoco iba a jugar en Liga ante el Barcelona. En cambio, sí recibí ese premio después de tantos meses de trabajo. Así me lo manifestó el cuerpo técnico. Me dijeron que me lo había ganado en los entrenamientos. Fue un día para disfrutar. Evidentemente, jugar ante el Barcelona tiene su dificultad, y más en el Camp Nou, pero salí al campo con la mente puesta en disfrutar. Es un escenario espectacular. Sí puedo decir que he tenido la suerte de jugar en el Santiago Bernabéu y en el Camp Nou.

Y del Alavés al Tenerife. ¿Firma la permanencia de los dos?

Eso es. Sería fantástico. Estamos trabajando para ello. Y la temporada que viene, ya veremos.