La sensación de que un encuentro como el de ayer, entre el Tenerife y el Rayo, habría caído del lado del equipo visitante en otro momento de la temporada, concretamente en la primera vuelta, cuando los blanquiazules se mostraron vulnerables en campo propio, no solo recorrió las gradas del Heliodoro. También se tuvo en el vestuario tinerfeño. Uno de los capitanes de la plantilla, Aitor Sanz, se mostró "seguro" de que el conjunto ahora entrenador por Rubén Baraja "habría perdido hace cuatro meses".

El centrocampista afirmó que el Tenerife es ahora un equipo "mucho más sólido, un bloque". Al respecto, admitió que no ofrece un juego "tan vistoso", pero ha ganado en seguridad y hace "lo que pide la categoría". A esta virtud añadida por Rubén Baraja, Aitor sumó la presencia de "gente potente" en ataque, compañeros que aportan "velocidad y calidad arriba".

Sanz destacó el valor de la serie de cinco jornadas sin perder que lleva el Tenerife, iniciada con el triunfo ante el Girona. "Como los de abajo siguen sumando, si no hubiéramos tenido esa racha, ahora estaríamos ahogados", advirtió antes de remarcar la importancia de haber aumentado a cuatro puntos el margen con los puestos de descenso. "A ver si podemos dar otro salto la próxima jornada y respiramos mejor", dijo pensando en el encuentro con el Elche del sábado que viene en el Heliodoro.

Analizando el partido con el Rayo, reconoció que al Tenerife le faltó "la suerte" de tardes en las que al equipo le bastó con crear "media ocasión" para adelantarse en el marcador. "Esta vez también creamos oportunidades, pero no estuvimos todo lo acertados de otras veces. Y ellos también tuvieron las suyas. Fue un partido de la categoría, igualado", dijo Aitor "seguro que hace cuatro meses" habría perdido el Tenerife.

En cuanto al mayor dominio del Rayo tras el descanso, Sanz no ocultó que el conjunto de Paco Jémez "empujó bastante" en la recta final. "Ellos empujaron más, pero tampoco sufrimos en exceso y no nos crearon ocasiones claras".