A seguir con su particular idilio con las semifinales. Lo que resultaba impensable hasta hace nada -sin ir más lejos en la anterior comparecencia copera en estos lares, allá por 2014- se ha convertido, para el Iberostar Tenerife, en un objetivo más que factible, e incluso, quién sabe, si como paso intermedio para una gesta todavía mayor. Y es que tras haber eliminado en cuartos al Valencia en 2018 y hacer lo propio hace 12 meses con el Unicaja, el cuadro lagunero busca, por tercer año seguido, superar la primera eliminatoria de la Copa del Rey. Lo hará, sobre el papel, en un escenario factible, pero siendo consciente de que su rival de hoy, el MoraBanc Andorra, también entiende la hoy como una ocasión casi única para hacer historia.

Para esta tarde el Iberostar está obligado a hacer primar su buen momento de forma y su estado anímico al desgaste físico que ha experimentado en las últimas semanas. Llegan los laguneros con la moral por las nubes tras haber levantado hace apenas cinco días su Copa Intercontinental. Un impulso mental que convierte a los de Vidorreta en un rival, más si cabe, capaz de tumbar a cualquiera que se le ponga por delante si tiene el día tonto. Pero también afrontan los laguneros el duelo de cuartos con las piernas muy pesadas. Aquellas que bien podrían tener sus jugadoras antes de afrontar su quinto encuentro en apenas 13 días, y con el añadido de un esfuerzo máximo en los cuatro anteriores.

Y como en esos envites más recientes, el Iberostar necesita como el comer la aportación de sus hombres de rotación, caso de Lundberg, Yusta, Konate y hasta Fran Guerra, claves para sacar adelante, especialmente, los dos duelos de la Intercontinental. Un plus aún de mayor relevancia teniendo en cuenta que la participación de Dani Díez es más que dudosa, ya que si bien el alero ha comenzado a ejercitarse tras dos semanas parado por un dolor en la zona lumbar, su inactividad, en el caso de que sea de la partida, puede pasarle factura.

Pero al margen de los segundos espadas, el de hoy es de esos encuentros para líderes, y ahí el Iberostar cuenta con dos seguros de vida, Marcelinho Huertas y Gio Shermadini. El primero tratará de alargar su estado de gracia (fue el MVP de la Intercontinental) para imponer un ritmo de juego más pausado y evitar así que el Andorra haga daño a campo abierto, quizá uno de los mayores peligros de los de Ibon Navarro. El georgiano, por su parte, intentará brillar en la que es su segunda casa y, de paso, desquitarse de su último discreto duelo contra los del Principado, en el que sufrió mucho contra Musli y además acabó eliminado por faltas.Cambios respecto a la Liga

Hoy, con la presencia de Moussa Diagne como referente interior de los andorranos, la dificultad para Gio -y también para Bogris- se redobla. La recuperación plena del senegalés, junto con las de Bandja Sy (promedia 11,5 puntos, seis rebotes y 14,75 de valoración en sus cuatro últimos partidos) y Tyson Pérez, de los reboteadores ofensivos más activos de toda la competición. Aaron White es el as en la manga de Vidorreta.