Resultados como el del pasado sábado en el Francisco de la Hera (2-4) o los de septiembre de 2019 en el Carlos Belmonte (0-4) y el Anxo Carro (1-4), no son nada frecuentes dentro de una misma Liga para un Tenerife al que, por lo general, le cuesta reunir triunfos en campo contrario. Pero, a veces, las estadísticas saltan cuando menos se espera, sin una razón aparente.

Por ejemplo, el Tenerife no había ganado más de dos encuentros a domicilio en una misma Liga -ni de Primera, ni de Segunda División ni de Segunda B- marcando más de tres tantos, y en el presente curso ya va por tres goleadas lejos de casa. Se soltó en el tramo inicial, teniendo a López Garai como técnico y al Albacete (0-4) y el Lugo (1-4) como rivales, y recuperó esa pegada recientemente a costa del Extremadura (2-4) y bajo la dirección de Rubén Baraja.

Ni en campañas de éxito, como las de los ascensos, sucedió algo igual. En el curso 2008/09, el Tenerife de José Luis Oltra pisó el acelerador en las canchas del Elche y el Sevilla Atlético (2-4 y 0-4), pero no logró más victorias con un mínimo de cuatro dianas a su favor de camino a Primera. La conexión con otro par de resultados similares está en el ejercicio 82/83, con el equipo en Segunda B y a las puertas de otro salto de categoría; en este caso, con José Ramón Fuertes como entrenador. El 1-4 en Baracaldo (Noly, David Amaral, Lasaosa y Chalo) fue toda una declaración de intenciones en la primera jornada. Más tarde, un 2-5 en Reus (Alberto, David, Rubén Cano y dos de Lasaosa) acercó al equipo a la zona de ascenso de la tabla.

Cuatro temporadas antes, en la misma categoría, el Tenerife también volvió de la Península con dos triunfos holgados, dos 1-4 en los estadios del Arenas (Toño, Belmonte, Julio y Joseíto) y el Guecho, equipo que encajó un hat-trick de Víctor después de que Mini adelantara a los blanquiazules.

La anterior -y primera- campaña con dos marcadores a domicilio inflados por goles tinerfeños fue la 1956/57, la cuarta del representativo en Segunda División. Las dos últimas salidas del conjunto preparado por Diego Lozano dejaron resultados sorprendentes, un 0-4 (dos de Antonio, uno de Padrón y otro de Julito) frente a un Puente Genil ya descendido y, sobre todo, un 7-4 (dos de Antonio, uno de Padrón y otro de Lozano) ante el Córdoba. Esa fue la primera vez en la que el Tenerife anotó más de tres tantos fuera de casa y no sumó. En la Liga 1983/84 de Segunda División, la goleada le sirvió, al menos, para empatar. Pasó en Vallecas, un 20 de noviembre. Los de José Ramón Fuertes entraron en un intercambio de golpes que acabó en tablas (4-4, con dos goles de Rubén Cano, uno de Alberto y el último de Lasaosa).