De más a menos, siguiendo la tónica de toda la temporada, el Salud Tenerife dejó escapar vivo al Rocasa Gran Canaria en el derbi canario y continúa en plazas de descenso. El equipo santacrucero, merced a una gran defensa en la primera mitad, se marchó al descanso con un rédito de cuatro goles arriba (13-9). Tras el receso, el vigente campeón liguero se rehízo, liderado por Falcón -seis tantos- y su portera Navarro, para incluso estar cerca de vencer.

La bajada en las prestaciones defensivas locales tienen explicación en la exigua rotación que manejó Octavio Pérez. Márquez no compareció por enfermedad, mientras que el técnico tinerfeño sorprendió con la titularidad de Alma, aunque la cordobesa se volvió a resentir de su rodilla izquierda en la primera parte. Mientras, Cioca, una de las baluartes blanquiazules atrás, estuvo amenazada de descalificación durante casi 40 minutos al serle señaladas dos exclusiones.

El 0-1, obra de Lussón, fue un espejismo. El Salud dispuso de una defensa agresiva -dos líneas de tres, con Chelaru sustituyendo a Bojicic tras acción ofensiva-, saliendo al paso de la primera línea grancanaria y colapsando su ataque. Cazanga y Rein, novedad en el extremo izquierdo, ponía la primera máxima (8-4). Carlos Herrera tuvo que pedir tiempo muerto.

Antes, en una jugada de ataque, Alma se echó mano a su articulación. Fernández terminó por renovar los extremos de un Salud que tampoco pudo contar con su pivote titular, Noriega, lesionada para largo. Además, Cioca era excluida por segunda oportunidad.

Sin embargo, el Rocasa se desangraba por sus pérdidas, sobre todo de Machín. Otra de González significó abrir brecha de verdad, con Chelaru al contragolpe (12-7). Sánchez se agigantó en la portería tinerfeña. Lussón limó distancias antes del descanso (13-9).

La espesura se adueñó del juego posicional de ataque local. Una pérdida de Cazanga generó el acierto de Valdivia (13-11). Vizuete, en una acción individual, rompió la sequía blanquiazul. La defensa era ahora un claro 5-1, con Chelaru más cansada y, por consiguiente, menos activa en el avanzado.

El duelo de cañoneras Cioca-Anastacio estaba servido. La descompensación en ocasiones de la rumana contrastaba con el acierto de la brasileña. Mientras, Navarro comenzaba a hacer paradas de su nivel -internacional-. Falcón igualó (16-16) con una vaselina.

La ya permeable zaga capitalina -por fuera, pero también por dentro- permitió el intercambio de goles. Valdivia contrarrestó los tantos de Fernández con un empate a 20 que le costó caro. Su rodilla dijo basta y encaró el banquillo.

La aparente grave lesión pareció perjudicar el juego visitante. Cioca y Cazanga lo aprovecharon. Navarro, con paradas de mérito, sostenía a su equipo, que encontró nuevas fugas en el extremo defendido por Rein -castigado una y otra vez por Falcón- (24-23). La enésima vaselina de la grancanaria puso por delante a las suyas -no lo hacían desde el inicio-. Cazanga -ocho goles- emergió para establecer las tablas. Tras una falta en ataque de Kofler, el Rocasa tuvo el balón para ganar, pero ahí murió un intenso derbi.