La Intercontinental ya está aquí. Justamente a 24 horas para el inicio del primer encuentro, el Hotel Mencey acogió la presentación oficial de la competición. Clásico evento que reunió a un jugador de cada equipo y a los respectivos técnicos de cada uno de los participantes, y con el Iberostar Tenerife en su condición de anfitrión. Ambiente cordial generado por un amable anfitrión por la pose mostrada delante de los micros: Txus Vidorreta. "Para nosotros es un honor recibir a estos clubes y a estos entrenadores, donde se encuentran grandes amigos", dijo el técnico canarista en un discurso no forzado, pero sí embaucador. Y es que a partir de esta tarde para el bilbaíno no habrá conocidos en la cancha.

"Es una competición diferente que no la he jugado, pese a que tuve la oportunidad de disputar y ganar la BCL de 2017, lo que permitió al equipo jugar luego la Intercontinental. Nos encontramos muy felices por estar aquí y con gran deseo por tratar de llevarnos el segundo título", explica el máximo responsable del banquillo canarista, que alabó la exigencia del torneo. "Es una competición de la FIBA que año a año va a mejor y posee más nivel", explicó.

Pero al igual que no mostró ayer su lado más competitivo, Vidorreta no se fía de su rival de esta noche. "Es un conjunto complicado", dijo del Rio Grande Valley. En el cuadro norteamericano su técnico Mahmoud Abdelfattah también quiso ponerse la piel de cordero, valorando "la dificultad" que entraña "el enfrentarse al anfitrión", así como jugar "con unas normas que no son las habituales" dentro de su baloncesto. "Pero será una gran experiencia y lo daremos todo", avisó.