Pocas derrotas tienen un sabor tan dulce como la de ayer en el Pablos Abril de Taco. El Sanaya Libby's La Laguna cedió por un set a tres (27-25, 22-25, 17-25 y 23-25) en la vuelta de los octavos de final de la CEV Cup ante el Grupa Azoty Chemik Police. Brooke Kranda comandó a las leonas, que elevaron la esperanza al hacerse con el primer set. Al final, se impuso el poderío polaco, aunque con menos claridad que en la ida (3-0); en esta ocasión, las blanquiazules mejoraron sus parciales, que hace dos semanas se habían bloqueado en 16 créditos.

Sin complejos y sin presión alguna. Lejos de emular la versión del encuentro de ida, las leonas en su hábitat natural soltaron los brazos y elevaron exponencialmente la esperanza de hacer caer a un gigante europeo. Mientras el sexteto local fue el de gala, las polacas reservaron -inéditas- a la dupla cubana, Yiyi Silva y Wilma Salas.

Brooke Kranda dejó patente ser un fichaje de quilates. Su clarividencia a la hora de interpretar los ataques y una diestra pesada hicieron que los primeros puntos cayeran para los locales (5-5). Ante la superioridad de la opuesta, triple bloqueo como antídoto.

Las bálticas se fueron en el tanteador y Flavia lo enmendó con un tiempo muerto -demostró tener una gestión impropia de una debutante-. A partir de ahí, las blanquiazules se envalentonaron y llevaron la igualdad hasta el 25-25. Una vez ahí, Diouf castigó con dos buenos ataques para cerrar el primer set.

Más allá de la remontada que protagonizó a posteriori el Grupa Azoty, se podía hablar de proeza local. Las visitantes desactivaron desde la red a Brooke Kranda -su primer punto en este acto fue el undécimo de las suyas-. Wasilewska se hizo un hueco entre Grajber y Trushkina para inclinar la balanza para las de Ferhat Akbas (22-25).

Tal y como ya se había evidenciado, con doble bloqueo era difícil frenarlas; imposible resultaba hacerlo en los uno contra uno. La superioridad que generaban en el físico, junto a la mala costumbre de morirse que cogieron las bolas, determinante. A ello se le unió la desigualdad en el contraataque: 57% del Chemik, por 23% del Haris. Los lunares en la coctelera, el producto en el luminoso (17-25).

Después de salvar el susto que dio el tobillo izquierdo de Araco, el Sanaya volvió a pelear. En cuanto al tanteador, pese a ser desfavorable (23-25), dejó destellos tales como tres puntazos seguidos de Mame Diouf, un buen contragolpe de Elena Santana; y las salvadas antológicas de Nira Pérez.

Ahora, las blanquiazules se centran en la visita al Cajasol (domingo, 11:00 horas). Jugando como ayer, no hay rival imposible.