En los tres cursos pretéritos de la Basketball Champions League, el Iberostar Tenerife siempre había terminado la fase regular como primer clasificado de su grupo. Ayer, el representativo rompió su intachable hoja de servicios ante un Brose Bamberg que se rearmó tras un discreto cuarto inicial.

Su derrota, sobrevenida ante una desconocida defensa aurinegra, le aboca a la segunda plaza del Grupo C, toda vez que el Nymburk hizo sus deberes frente al Peristeri (84-72). Esto supone que la escuadra de Txus Vidorreta se medirá en octavos de final a un tercer clasificado de otro grupo, con factor cancha a favor. En caso de alcanzar los cuartos, lo perderá.

La buena puesta en escena en el arranque, donde los laguneros llegaron a tener rentas de nueve puntos (10-19 y 13-22), no hacía prever una reacción local tan fulgurante como la acaecida en el epílogo del primer cuarto y un buen tramo del segundo (parcial de 21-3). Los teutones llegaron a contar con una ventaja de nueve puntos, que enjugó el Iberostar para forzar la prórroga con un triple in extremis de un extraordinario Santi Yusta en ataque.

En el tiempo extra, el Canarias llegó a contar con seis puntos de renta (90-96) a poco más de un minuto y medio del final. Una serie de errores, unido a la producción de Sengfelder -ocho puntos consecutivos-, dejaron a los insulares sin un liderato que ostentaban desde la cuarta jornada.

Konate, y no Yusta, ocupó la teórica titularidad de Díez -con molestias, se quedó en la Isla- en el tres. Mientras, Gielo fue el descarte para cumplir con los cupos. El 4-0 inicial fue un espejismo porque la conexión Huertas-Shermadini comenzó a dar réditos (6-13, 5'), hasta propiciar el tiempo muero de Roel Moors, técnico local.

Con el atlético White -10 de valoración- también enchufado, las rentas aurinegras se acercaron a los dos dígitos. Taylor, uno de los adalides locales, embocó el primer triple para los suyos en el minuto ocho, pero Suárez -volvía a la citación- respondió (13-22). La segunda unidad canarista ya estaba en pista, al igual que los suplentes del Brose -anotaron la friolera de 69 puntos, por los apenas 26 de la fiebre-: Obasohan dejó el marcador en 16-22.

Dos faltas del Bamberg en los primeros 17 segundos dejaron claro el cambio de escenario. Su defensa había subido muchos enteros, incluso al borde del reglamento -varias antideportivas fueron reclamadas-. Aunque Suárez rompió, con otro triple, el parcial 7-0, el Canarias estaba colapsado en ataque -alcanzó las siete pérdidas-. Taylor puso por delante (27-25) a unos alemanes ya eliminados, que nada se jugaban, aunque no lo parecía.

En defensa, las huestes de Vidorreta eran incapaces de cerrar el rebote defensivo -16 puntos de segunda oportunidad para los locales, por cuatro visitantes- ni de frenar las penetraciones de Obasohan -máximo anotador del partido con 22 enteros-. En seis minutos y 51 segundos, el Iberostar había encajado un parcial de 21-3 (34-25, máxima ventaja local).

Ya Vidorreta, tras un tiempo muerto, había tirado de Shermadini. Huertas también salió para ajustar el resultado. El representativo lo hizo desde el tiro libre, aunque no estuviera muy acertado -cinco de 10 al receso-. Pero el Canarias siguió sin dar un paso adelante atrás (su segunda falta personal la hizo casi al final del cuarto, que terminó 38-34).

Bogris, en general desacertado, partió como única modificación respecto al inicio del choque. Hundidos, White y el propio heleno concedieron canastas cómodas (43-39). Konate -reclamó antideportiva por un manotazo en la cara- mantuvo a los suyos en distancias cortar (47-43). Mientras, el Brose, a lo suyo: en bonus a los dos minutos de juego.

Lundberg cogió la manija aurinegra: entre el danés y Salin obraron un 0-7 (49-50). Los cuatro minutos sin anotar del Brose los rompió Marei -mejor jugador, con 26 de valoración-, mucho más acertado y duro que el excanarista Atkins en el center.

El pívot egipcio se las tuvo con un siempre productivo Shermadini. Vidorreta fue castigado con técnica al reclamar insistentemente antideportivas sobre el georgiano. Yusta comenzó su recital desde los 6,75 metros -hizo cinco de cinco-, a caballo entre el final del tercer cuarto (62-59) y el arranque del último (62-62).

Era el momento de las muñecas calientes, como la de Marei -castigó en el poste bajo a Bogris-, pero también la de Salin (74-70).

Sasu Salin encoge el corazón

A cuatro minutos y 24 segundos para el final, el escolta aurinegro cometió una falta. Poco después, se agachó, se desplomó en el firme y comenzó a convulsionar. La dura estampa terminó a los pocos segundos, ya con todos los canaristas sobre el parqué.

Cambiado ipso facto, Salin cogió aire en el banquillo y, dadas sus buenas sensaciones, volvió a ingresar en el parqué. Con las defensas absolutamente superadas, Huertas se erigió en protagonista para dejar al Canarias a dos (83-81), con apenas 28 segundos por disputarse.

Un triplazo de Salin -falló el adicional- neutralizó el acierto de Taylor desde el lanzamiento libre. A 1,7 segundos de la bocina y con un defensor encima, Yusta volvió a ajustar la mirilla para mandar el encuentro al tiempo extra.

El quinto triple del madrileño, dos canastas de Huertas y un mate de White tras coger rebote ofensivo allanaron el camino aurinegro, con un 90-96 a falta de un minuto y 46 segundos que parecía casi definitivo. Empero, una pérdida de Yusta, una falta en ataque de White y el acierto de un reaparecido Sengfelder -hizo ocho puntos consecutivos, seis de ellos en forma de triple- dejó el tanteador en 98-96. A la desesperada, el triple de Salin no encontró premio.

El Canarias ya mira a su próximo objetivo: sumar, con la Copa Intercontinental en el Santiago Martín, su tercer título internacional.