Faltaban poco más de cuatro minutos para el descanso y Huertas se hizo un lío con el balón. A punto de perderlo, el de Sao Paulo se tiró al suelo a rescatarlo de entre las manos de Delaney. Sin levantarse, y con esa visión periférica que muy pocos poseen, se sacó una especie de gancho para colocarle en bandeja un mate a Shermadini para el 34-37. Era su cuarta asistencia de la tarde y, por extensión, la 2.000 de su carrera en la ACB. Una cifra redonda e histórica, ya que solo otros tres jugadores lo habían logrado previamente desde el nacimiento de la competición a mediados de los 80.

A su pase para el recuerdo, Huertas sumó ayer otras siete asistencias, para irse a las 11, la quinta vez en los últimos once encuentros que acaba con dobles dígitos en esta aspecto. Un lapso de tiempo en el que también promedia otro guarismo redondo: 10 pases por duelo que acaban en canasta. Una cadencia que consolida al brasileño como el máximo asistente de la Liga Endesa 19/20 con una media de 7,8 por duelo, que en caso de mantenerse sería de los mejores registros de la competición en sus más de tres décadas de existencia.

Esa asistencia 2.000 suponía la primera vez que Huertas conectaba con Shermadini en el partido de ayer. Luego lo haría en otras tres ocasiones. En total, en estas 20 jornadas, un pase del base ha acabado en 50 ocasiones en canasta del georgiano. Ninguna otra pareja alcanza estos registros. En la hoja de ruta de Marca, otros dos retos a la vista: alcanzar las 200 asistencias este curso (lleva 146), y situarse tercero en el ránking histórico de asistencias de la ACB, superando las 2.032 de Nacho Rodríguez. El aurinegro necesita 25 más, una cifra que puede alcanzar en un par de partidos tontos de los suyos.