La dolencia que obligó a Dani Hernández a pedir el cambio durante el partido del pasado viernes entre el Tenerife y el Sporting estuvo provocada por una rotura en el adductor derecho. Lo confirmó ayer el club con un parte médico en el que no especifica el tiempo que estará de baja el guardameta. No obstante, por casos similares, todo indica que se perderá, como mínimo, un mes de competición.

Faltaban cinco minutos para el descanso del citado encuentro cuando, tras un pase lateral con el que buscó desactivar la presión del rival, se llevó la mano al muslo y cayó al césped, donde fue atendido por el médico y el fisioterapeuta del equipo. Dani se incorporó para intentar seguir jugando, pero enseguida volvió a tumbarse, solicitando su sustitución. A paso lento y negando con la cabeza, recorrió el fondo de Popular y un tramo del lateral de Tribuna de camino a la enfermería. Justo cuando había conseguido afianzarse en las alineaciones de Rubén Baraja, Hernández veía cortada su continuidad en la competición por un gesto nada brusco, aparentemente inofensivo. Le había costado volver a su lugar natural -al menos desde que fichó por el Tenerife en enero de 2015-, el de la formaciones titulares. Adelantado en el orden de preferencias de los técnicos (López Garai, Sesé Rivero y Baraja) por Adrián Ortolá para que fuera el portero del Tenerife en la Liga, el hispano-venezolano tuvo que esperar a la eliminatoria de la Copa del Rey ante el Mensajero para debutar en el curso 19/20. En teoría, su protagonismo no iba a pasar de esta competición, pero la herida en la mano que sufrió Ortolá durante las vacaciones de invierno modificó ese guion. Dani jugó el primer partido de Liga de 2020, ante el Albacete, y se mantuvo en el puesto incluso tras la recuperación de Adrián, quien pasó a ser el guardameta de la Copa (Valladolid y Athletic). También fue suplente en el derbi y en el Tenerife-Sporting en el que, de manera inesperada, tuvo que coger el relevo del lesionado Dani, quien ayer puso de manifiesto su estado de ánimo en su cuenta de Twitter: "Levantarse de la caída, limpiarse las heridas y seguir adelante", escribió.

Una sobrecarga en los abductores en mayo de 2017, unas molestias en el gemelo en septiembre de 2018... El nombre de Dani asociado a los partes médicos se había visto con poca frecuencia. Solo de manera puntual y sin lesiones de mediana duración de por medio. Un expediente casi en blanco que ahora se abre por una rotura en el adductor derecho. El suyo es el quinto caso de rotura fibrilar en la plantilla del Tenerife desde que comenzó la Liga 2019/2020. Antes pasaron por esa situación Nahuel -rotura con arrancamiento en el adductor-, Miérez -recto femoral del muslo derecho- y Álex Bermejo -adductor derecho y sóleo-. Los dos últimos continúan de baja.