Nueve goles encajados en dos partidos. Quizá crecer desde la defensa es lo que debe empezar a hacer el Granadilla Egatesa, castigado con un 6-2 en su visita al Levante. La imagen: Aline Reis terminó el partido llorando.

Francis Díaz se lo puso en bandeja al Levante. Las de María Pry generaron superioridad por banda; en ellas, Estella -en mayor medida-, y Pisco eran víctimas de un planteamiento que echó en falta que jugadoras como Joyce -descartada por decisión técnica- y Doblado -mediapunta- se remangaran en la contención. La diferencia fue apabullante pese a una mejor versión en el segundo acto.

El Egatesa salió al tapete de Buñol con la idea de frenar a un Levante que dormirá en zona Champions League. Las blanquiazules arrancaron muy ordenadas ante un conjunto granota que no tardó en estirar a sus laterales Alharilla y Rocío Gálvez. Estella y Pisco se veían desbordadas.

Las granotas insistieron por banda, y en la idea de darle profundidad con sus laterales que, por momentos, se convertían en atacantes. De hecho, dos servicios de Eva Navarro desde el perfil diestro supusieron el tempranero 2-0. Primero, la internacional española sirvió al área donde, Rocío Gálvez, libre de marca tras descuido de Patri Gavira, hizo el 1-0. Cuando aún no lo había digerido el cuadro sureño, Alharilla optimizó un rechace en el segundo palo para batir a Aline (2-0, 16'). Eva Navarro actuó de ciclón para debastar prematuramente al Granadilla.

María Pry, solo con ser fiel a su estilo de juego, había contraprogramado a Francis Díaz. El técnico chicharrero buscó respuesta en el banquillo y mandó a calentar a Ange Koko y Paola Hernández.

Las visitantes acusaron una fuga en toda la primera mitad: cuando atacaban, dejaban mucho espacio a la espalda; una golosina para el Levante. Las locales, después de ver invalidado un gol por un posible fuera de juego, no fallaron tres minutos después. Eva Navarro, con la confianza por las nubes, batió a Aline con un potente chut desde el balcón del área. En una nueva transición defensiva deficitaria llegó el cuarto del Levante; Onna Batlle se sumó a la fiesta.

Que el planteamiento tinerfeño no fue el idóneo se vio reflejado en un triple cambio que Díaz introdujo al inicio de la segunda mitad. Natalia Ramos entró para actuar de pivote y el sistema mutó de un 4-2-3-1 a un 4-1-4-1.

El choque se rompió y tornó en un guion de ida y vuelta. Las Guerreras se aprovecharon y creyeron durante dos minutos, tiempo que separó los tantos de Alharilla, en propia puerta; y Paola, de libre directo, con el de Eva Navarro (5-2).

Con el tiempo de alargue consumido, el cuadro sureño encajó el sexto tanto tras un error de un equipo totalmente entregado.