Es muy posible que Carlos Sainz siga corriendo este año y se apunte, de nuevo, al Dakar. Como él dice "me he ganado el derecho a decir lo que quiero hacer, cómo lo quiero hacer y cuando lo quiero hacer". Sainz ha vuelto a sonar estos días como merecido candidato al premio Príncipe de Asturias (desde el 2015, Princesa de Asturias), no solo por su tremendo palmarés y por ser uno de los grandes pioneros en España de los rallys sino por su carisma, implicación, profesionalidad, don de gentes y la gran imagen que lleva proyectando de España y el deporte español en las últimas décadas.

"A mí me encantaría ganar este premio ¡y a quién no!, pero no depende de mí y a veces pienso que, si no se lo dieron a Ángel Nieto, tal vez nunca me lo den a mí", reconoce, sin rencor, el Matador, que asegura que seguirá peleando por ese galardón mientras viva. Es más, Sainz no lo cuenta pero, hace dos años, desde la organización de los premios sondearon al entorno del piloto sobre esa posibilidad, que, lógicamente, fue maravillosamente acogida e, incluso, le plantearon la idea de que fuese preparando una exposición de sus mejores coches para la ocasión. Luego, borraron su nombre de la lista y Sainz sufrió una dura decepción.

"Es evidente que al nivel que está el deporte español y, sobre todo, al nivel que compiten todos nuestros deportistas de todas las especialidades, y las gestas que están consiguiendo chicos, chicas, de forma individual y colectiva, es muy difícil escoger al ganador del Princesa de Asturias", señala Carmelo Ezpeleta, organizador del Mundial de motociclismo, íntimo amigo de Sainz y su primer jefe de equipo con Ford.

"Pero, por más vueltas que le doy, la verdad, no encuentro a nadie que se lo merezca más que Carlos y no solo por su palmarés sino por su tremendo carisma, dentro y fuera de España. Y, sobre todo, en una España tan deportiva, tan ganadora, Carlos Sainz sigue siendo bandera del automovilismo con 57 años y eso, la verdad, me parece una virtud muy premiable, mucho".

Estratega único

Sainz, a los ojos de todo el mundo, no solo es un piloto velocísimo con todo tipo de coches y, sobre todo, un estratega único en el mundo de las cuatro ruedas, sino que es el mejor probador y preparador de coches que existe en el mundo. Las grandes marcas, aunque no corra para ellas, se lo rizan para que pruebe sus coches y les diga qué necesitan para convertirlos en ganadores. El hecho de que Sainz haya ganado los tres Dakar con tres marcas diferentes (2010: Volkswagen Race Touareg; 2018: Peugeot 3008 DKR Maxi y 2020: Mini John Cooper Buggy) demuestran su enorme sabiduría y versatilidad a la hora de evolucionar y mejorar sus mecánicas.

"Carlos es una persona muy querida en el mundo del motor, dentro y fuera de España", comenta Josep María Casanovas, que fue miembro del jurado de los premios Príncipe de Asturias y, además, director del diario Sport y uno de los más veteranos y expertos periodistas del motor en España.

"Carlos es un prodigio de piloto y una persona con grandes valores, eso lo sabe todo el mundo. Y aún diré más, no sé si le darán, por fin, pese a lo mucho que se lo merece, el Princesa de Asturias pero, desde luego, lo que a mí me parece es que sería la persona ideal para sustituir, el próximo año, al francés Jean Todt en la presidencia de la Federación Internacional del Automóvil (FIA)", apunta categóricamente. En opinión de Casanovas, Carlos Sainz pondría a todo el mundo de acuerdo porque "conoce muy bien todas las especialidades, incluso la Fórmula 1, donde ahora tiene a su hijo Carletes como gran estrella".