Atrás quedan aquellos tiempos en que los clubes apenas cambiaban el diseño de sus equipaciones de una temporada para otra. No digamos los colores, que eran siempre los mismos. Daba igual que la televisión fuera en blanco y negro. El espectador distinguía... como podía. Tampoco había tres colores distintos por equipo. Bastaba con dos y, a menudo, coincidía hasta el tono de los pantalones sin que al árbitro le importara.

Las marcas, ahora llamadas espónsors técnicos, no eran tan importantes ni aportaban cantidades ingentes de dinero. Tener varias mudas era todo un lujo. Ahora, las multinacionales llenan de diseños distintos cada campaña. Hasta las camisetas de entrenamiento de los clubes grandes tienen su periodo de uso.

El fútbol moderno, ayudado por la necesidad de vender camisetas para generar ingresos, exige esas otras cosas. En la época de las televisiones de máxima definición, colores bien distintos. Ni siquiera se puede coincidir con el árbitro. Ni los porteros entre ellos. Un programa, el ya famoso kit selector, permite al árbitro designado aprobar días antes del encuentro las equipaciones con las que se va a jugar. Los clubes tienen ya poco margen para decidir en esta faceta.

Aún así, la obligación de disponer de dos indumentarias alternativas permite ciertas licencias. No ha sido así, para el Tenerife, en el caso de este clásico del fútbol canario. El tono pistacho de la segunda camiseta la elimina en el casting para ser utilizada en el Estadio de Gran Canaria. Quedaban dos alternativas: vestir completamente de blanco o hacerlo con la rosa de esta temporada. Como quiera que los colegiados no suelen ver la primera posibilidad con buenos ojos, la equipación solidaria de la lucha contra el cáncer ganó la batalla casi sin esfuerzo.

Será la primera vez que el equipo habitualmente blanquiazul vista de rosa en el derbi. Y eso que durante la presente campaña ha sido la menos utilizada de las tres. Las visitas a Zaragoza (2-0) y Ponferrada (4-0) lastraron el color en beneficio del pistacho, con la que ganaron a las primeras de cambio (0-4 en Albacete y 1-4 en Lugo). Solo se repitió el rosa en Elche (1-1) y contra el Racing de Santander en casa (3-3). Aparte de las dos victorias mencionadas, el pistacho se repitió en Vallecas, Girona, Gijón, Málaga, La Coruña, Majadahonda y Huesca.

El rosa, por tanto, recorta distancias en Las Palmas y buscará su primera victoria de la temporada 19/20 para evitar la consideración de gafe. En anteriores temporadas estuvo presente de manera parcial, en equipaciones que tenían el negro como color principal. Sucedió en la 14/15 y en la 18/19. Ambas se saldaron con empate a un gol y en ambas se adelantó la UD.

El mayor éxito de ventas lo protagonizaron, no obstante, las equipaciones azules con el aspa que emulaban la bandera de la Isla. Se estrenaron en 2007, con aquel empate a uno en el que marcó Pablo Sicilia, y el Tenerife hizo gala de ellas en cada visita a Gran Canaria hasta 2014. La más comprada, la de su última victoria a domicilio contra Las Palmas (0-1 con gol de Alejandro Alfaro en 2009). Coincidió, claro, con el ascenso. El Departamento de Marketing le ha dado descanso esta temporada al azul, pero ya está previsto que vuelva para el próximo curso. Y lo normal es que lo haga con el aspa.