El 3 de septiembre de 2018 se confirmó la compra del 51 por ciento de las acciones del Real Valladolid por parte del exfutbolista Ronaldo Nazario. Las presentaciones estuvieron de sobra ese día. Todo un bicampeón del mundo con Brasil y de Liga con el Real Madrid, y poseedor de dos Balones de Oro, por mencionar algunos de sus títulos más valiosos, había decidido invertir, aportando 30 millones de euros, para supervisar la gestión de un club que había vuelto unos meses antes a Primera División.

Aunque los rumores se habían ido extendiendo, la firma de la operación tuvo un gran impacto, no tanto por el momento o las cifras, sino por la identidad del dueño.

La llegada a Pucela del que fuera goleador del Cruzeiro, PSV, Barcelona, Inter, Real Madrid, Milan y Corinthians, marcó un antes y un después en el club blanquivioleta, no solo en los ámbitos económico y mediático. El efecto Ronaldo se notó en el césped. A pesar de debutar en el palco del estadio José Zorrilla con una derrota ante el Alavés por 0-1, no tardó en darle suerte a la conjunto entrenado por Sergio González. Un empate en Balaídos dio paso a una serie de cuatro victorias seguidas que alejaron al Valladolid del peligro. No sin apuros, el conjunto castellano terminó evitando el descenso.

Lejos de lanzarse a realizar cambios drásticos de entrada para dar su toque personal, como sí se ha visto en casos similares en otros clubes, la primera decisión relevante de Ronaldo fue la de ampliar el contrato del entrenador que había conducido al equipo a Primera en la campaña anterior. Tampoco tiró de talonario para reforzar la plantilla con refuerzos caros. Los de Sergi Guardiola y Hervías fueron sus principales fichajes en el plazo de enero de 2019.

La línea se mantuvo en el siguiente mercado, el veraniego, con altas como las de Sandro Ramírez, Federico Barba o Porro.

Mientras el José Zorrilla eleva su latido, con un récord de abonados, y ve avanzar al Valladolid por aguas tranquilas, Ronaldo trata de sentar las bases de un proyecto estable, con apetitosos frutos a medio plazo: autorizó la remodelación del estadio y la construcción de una ciudad deportiva, cambió la marca que viste al equipo, pasando a Adidas... Y de vez en cuando aparece bajo los focos, en su palco o en otros escogidos. No estuvo en la eliminatoria de Copa con el Tolosa, pero sí en Marbella.