¿Qué sensaciones experimenta tras la vorágine vivida el pasado lunes?

Después de que hayan pasado las horas, puedo decir que las ganas por volver al verde y dirigir a mi nuevo equipo me invaden. Afronto esta nueva etapa con toda la responsabilidad e ilusión del mundo. Con respecto al Vera, el lunes fue un día duro porque me despedía de la que había sido mi casa en los últimos dos años y medio. Dejo un grupo impresionante detrás, que me ha hecho crecer en todos los ámbitos.

¿Siente incertidumbre por lo que pueda pasar con el Vera? ¿Teme que descienda tras su marcha?

Siempre queda esa pequeña duda porque evidentemente hay un cambio. No vamos a esconder que mi marcha, para los futbolistas, es una mala noticia. No obstante, los conozco y soy conocedor de todos los automatismos que tienen ya adquiridos. Ya he hablado con el nuevo entrenador del Vera (Moisés Rodríguez) y me consta que no cambiará muchas cosa; mantendrá la línea de trabajo que ya veníamos desarrollando. La suerte de él será la mía propia. Seguiré siendo un indio azul más.

Dice que el Vera no cambiará con Moisés. ¿Y el Granadilla Egatesa con Francis Díaz?

Por la misma regla de tres, yo no pretendo ir allí a cambiar todo de golpe. Evidentemente imprimiré algunas cosas que me definen como entrenador. Ya me he reunido con el cuerpo técnico y habrá muy pocos cambios. Soy conocedor del potencial que tienen las chicas; intentaré darle algunas pinceladas de lo que soy yo como entrenador.

Adelántenos lo que le pedirá a sus futbolistas.

Competitividad al cien por cien e intensidad. A partir de ahí, hay calidad suficiente como para intentar mantener un nivel de competición alto. Además, trabajaremos en la cohesión grupal; un 60%-70% de un buen equipo de fútbol se transfiere a tener un buen grupo. Es importante que entiendan nuestro trabajo y lo compartan. No llego al Granadilla para ser el líder de nada, sino para ser una parte más de la parte deportiva. Intentaré que el crecimiento y aprendizaje sea mutuo.

Después de tres entrenadores, ¿con usted llega la estabilidad al Granadilla?

No lo sé. Yo me manejo en presente siempre, no tengo nada que ver con el pasado. Se que pasaron tres grandísimos entrenadores por este equipos, pero hasta ahí. Quiero hacer crecer al club y que éste me haga crecer a mí. Espero que, conmigo, el equipo siga siendo grande y se consolide aún más. Ya veremos lo que depara el futuro.

Después de pasar por Preferente y Tercera, ¿dirigir en Primera Iberdrola es el mayor salto de su carrera deportiva?

Sí. Entro en el fútbol profesional y, evidentemente, tiene matices. Llego con todas las ganas del mundo de aprender; el día que me canse de ello, daré un paso a un lado. Pese a las diferencias, hablamos de fútbol; de un terreno de juego, de un balón, un equipo contra otro, un vestuario, etcétera.

Dentro de los matices, se enfrenta a las posibles diferencias que puedan existir entre el fútbol masculino y femenino. ¿Le preocupa o motiva?

Me motiva mucho. Los entrenadores con experiencia en un equipo femenino me han hablado maravillas. Tendré que tener un periodo de adaptación con respecto al manejo de situaciones que, evidentemente, se diferencian con el género. Tendré que entender y aprender muchas cosas, pero, al fin y al cabo, hablamos de fútbol.

Conociéndolo, no se conformará solo con la permanencia.

Es cierto. Soy extremadamente competitivo y las jugadoras me consta que ya lo saben. Bajo la exigencia está el crecimiento. Pero el primer objetivo que me han marcado es la permanencia; perder la categoría sería una catástrofe.

¿Qué cotas pretende alcanzar a medio-largo plazo? ¿Se puede pensar en el título de Copa?

Viendo la calidad de las futbolistas y el potencial del club, no hay que descartar nada. Esperamos empezar la Copa en casa -el sorteo es este viernes- e ir paso a paso.