El caos puede con el Iberostar Tenerife. El cuadro lagunero no pudo asegurar su liderato del Grupo C tras caer contra el ERA Nymburk en un partido en el que los de Txus Vidorreta pagaron un nuevo mal arranque, tuvieron la fortaleza para levantarse hasta en dos ocasiones (67-62), antes de repetir su pecado anterior para dejar que el conjunto checo tomara aire, incluyendo algunas bocanadas de unos árbitros nada acertados. Con Huertas eliminado (antideportiva y técnica) y los aurinegros colapsados ante la zona 2-3 visitante, los locales vieron como mal menor el salvar un average particular (ganó de 10 en la primera vuelta) que vio peligrar seriamente (80-89). El consuelo, haber amarrado la clasificación matemática para octavos, y seguir dependiendo de sí mismos para acabar primeros la fase regular; lo preocupante, saber que ha desaparecido cualquier margen de error.

Pese a estar advertido de la entidad del rival y como si no hubiera escarmentado de su puesta en escena de Zaragoza, el arranque canarista fue tremendamente deficiente. Errático delante y, sobre todo, muy blando atrás, permitiendo al Nymburk anotar de forma cómoda (0-7) con Hruban desequilibrando a Salin, y Hankins sellando a Shermadini cerca del aro (6-14). Desperezados con ese cachetón, el Canarias empezó a carburar con las penetraciones de Huertas y su acierto exterior para al menos llevar el partido a un intercambio de canastas. Sin terminar de taponar la hemorragia atrás, los de Vidorreta se metieron poco a poco gracias precisamente a su estado de gracia desde el 6,75 con triples de López, Huertas y Konate para primero igualar al término del acto inicial (27-27), y otro de Díez (más penetración de Lundberg) para culminar la remontada en un parcial de 11-2 (32-27).

El duelo, con un Iberostar más sólido atrás (aunque sufriendo para cerrar su rebote), pareció cambiar por completo. Pero no. El Nymburk dio con la tecla y colapsó por completo el ataque canarista. Primero con una zona 2-3 muy activa, y luego adelantando líneas, a la vez que se cerró sobre Shermadini cada vez que recibió dentro, hasta el punto de que el georgiano llegó al descanso sin un solo tiro de campo. Los checos fabricaron un 0-11 que devolvió el duelo a sus albores (34-41). Ante un rival más intenso atrás, que mordía en línea de pase, y con mayor deseo en los balones divididos, el Iberostar comenzó a ser presa de la ansiedad (sin fluidez y 1/6 en triples en el cuarto) e incluso de un exceso de revoluciones. Incapaz de evitar las segundas opciones del Nymburk (10 capturas visitantes al descanso), el cuadro lagunero se llegó a ver nueve abajo (36-45) en medio de unas sensaciones nada positivas.

Mucho más metido regresó el Canarias del intermedio, aguerrido atrás y sustentándose en la aparición de Salin y Shermadini (49-51). Aguantó la embestida el Nymburk (49-55), pero tras un mano a mano entre Huertas y Dixon (54-60), insistieron los laguneros, esta vez gracias a la solidez que generó Konate gracias a una intensidad sublime (también cargando el rebote ofensivo) y el acierto de Salin, que cuando no pudo probar desde el arco fue más vertical, sacando partida de su acierto en el libre (4/4).

Así, en la reedición del momento más explosivo exhibido en Zaragoza, el Iberostar firmó un 13-2 (67-62). Segundo giro de 180 grados en el que mucho tuvo que ver la entrega colectiva para cerrar el rebote, hasta el punto de no permitir a su rival ni una sola segunda opción en todo el cuarto. Pero como antes del descanso, los isleños no dieron continuidad a su arreón y se metieron en un jardín (74-77, 32' tras un 0-8) que fue cada vez más frondoso con la pegajosa zona 2-3 visitante, la descalificante a Huertas y la quinta falta de Bogris en medio de un concierto del trío arbitral que no estuvo a la altura de la exigencia del choque (76-80, 35').

Ese momento de inesperada locura terminó de descolocar al Iberostar, que pese a un último intento (79-80), se mostró desacertado en el triple primero, desde el 4,60 después y, para rematar, también negado cuando trató de producir cerca de canasta. Con la victoria cada vez más lejos, los isleños vieron incluso como lo que parecía descabellado -que se le escapara el average particular-, se convirtió en un firme propósito para los checos, que con un triple de Bohacik bordearon el -10 de la primera vuelta (80-89). Dos libres de Yusta y un robo de Díez