Un sorteo, sobre el papel, benévolo, para atreverse a soñar. El Iberostar Tenerife se medirá el viernes 14 de febrero al Morabanc Andorra en su eliminatoria de cuartos de la Copa del Rey. Un emparejamiento que parece favorable para los de Txus Vidorreta, que, esta vez sí (y no como ocurriera hace cuatro años en la edición de Vitoria), ha podido darle valor a su condición de cabeza de serie tan ganada a pulso a lo largo de estas 17 jornadas.

Así, los canaristas han logrado evitar en estos cuartos tanto al anfitrión Unicaja (pese a que los isleños ya ganaron en el Martín Carpena en la segunda fecha de la ACB) como al Valencia Basket, que ya fue capaz de doblegar al cuadro lagunero hace unas semanas y que confirmó el domingo su presencia en el torneo del KO con una gran paliza sobre el Joventut: 100-70. El otro posible rival, el Bilbao Basket, se las verá con el Real Madrid.

Otro de los aspectos que invitan al optimismo aurinegro para repetir el éxito de los dos últimos años, en los que se coló en semifinales, es el antecedente más cercano contra el conjunto del Principado. Y es que hace justamente un mes los laguneros vencieron a los de Ibon Navarro por 76-86. Un duelo, eso sí, en el que los andorranos tenían las bajas de jugadores tan determinantes como Moussa Diagne, Bandja Sy y Tyson Pérez.

La 'lotería' de Vidorreta

Precisamente, y pensando en un paso más allá, los canaristas han visto cómo las plegarias de su técnico han sido atendidas por el destino. El día en el que amarraba su pase copero, Vidorreta pedía, como el que prueba suerte en la Primitiva, que el bombo llevara por el mismo lado del cuadro tanto al Madrid como al Barça, para que se pudieran cruzar antes de la final. Y así ha sucedido, ya que tanto merengues como azulgranas jugarán -contra Bilbao y Valencia respectivamente- los cuartos programados para el jueves. Como gran pero, el escenario de que los laguneros saquen adelante este primer compromiso, por lo que volverían a jugar tras apenas 24 horas de descanso.

El de estos cuartos también es un choque con cierto aire de venganza para ambos clubes. Por un lado, el Iberostar regresa a una cancha que en la fase regular de la ACB no se le viene dando nada mal, pero que sí se le atraganta en duelos a vida o muerte. Ocurrió en la Copa de 2014, cuando los auriunegros fueron apalizados en cuartos por el Barça (102-60) y en los playoff de dos años después, donde perdió sus opciones de colarse en semis. El Andorra, por su parte, vuelve tres años después a una competición en la que su anterior comparecencia se saldó con una derrota contra el Madrid tras un polémico arbitraje y el ya famoso Era campo atrás.