Un encuentro a pedir de boca. Casi sin despeinarse, el Iberostar Tenerife regresó ayer a la Basketball Champions League con una victoria incontestable. La lograda contra el Peristeri griego, sacado de la cancha desde prácticamente el salto inicial (5-4) por un cuadro isleño que bordó su puesta en escena (12-26) para luego afrontar tres cuartos de cierta intrascendencia ya que los de Vidorreta no permitieron la más mínima reacción de los locales. Sólidos atrás y solventes en el rebote defensivo muchos minutos, y fluidos en ataque (21 asistencias), los canaristas pudieron, además, repartir bien tiempo en cancha pese a la baja por enfermedad de Santi Yusta. Ninguno de sus jugadores pasó de los 24 minutos, aunque eso no impidió que Huertas volviera a dar otro de sus particulares clínics, yéndose a un nuevo doble-doble: 11 puntos y 10 asistencias.

Tras un primer intercambio de golpes el Iberostar comenzó a poner tierra de por medio. Lo hizo gracias a un par de buenas defensas y al control del rebote atrás (10 a 4 en el primer cuarto), y a una fluida circulación en ataque (nueve asistencias en 10 minutos) para dar bien con Bogris (que además contuvo bien a Moreira en el uno contra uno) cerca del aro y con situaciones claras de tiro en el perímetro. Así fabricaron los isleños un 0-11 (5-15) que pese al tiempo muerto local y varias pérdidas canaristas en líneas de pase (11-17) vivió otro nuevo arreón, esta vez capitalizado por Dani Díez y su puntería desde el 6,75 (12-26).

Lejos de complicarse de entrada, el Iberostar había marcado territorio, fiel a un estilo al que dio continuidad, ya en el segundo periodo. Solidez y deseo en el uno contra uno (en especial por parte de un activo Álex López) y una enorme efectividad desde el arco (7/11) gracias a los aciertos de Suárez, Salin y López, el tinerfeño además autor de un tiro libre con el que los isleños ya doblaban a su oponente (19-38, 15'). Quince minutos sin apenas peros que le habían permitido a los de Vidorreta llevar el duelo a un escenario idílico (23-43). Quizá por eso en los instantes previos al descanso los laguneros se tomaron la licencia de darse un respiro, bajando su producción ofensiva (varios errores en el triple y también un discreto acierto desde el 4,60) y siendo menos agresivos atrás (como sí lo habían sido sobre todo ante los exteriores), algo de lo que se aprovechó Skordilis para liderar un parcial de 9-4 con el que maquillar un tanto el electrónico coincidiendo con el intermedio (32-47).

El bajón aurinegro, pese a la canasta inicial de Bogris (32-49), se mantuvo -en forma de imprecisiones- a la vuelta de vestuarios, aunque dicha irregularidad canarista solo le sirvió a los locales para colocarse a 13 (36-49). Ahí el Iberostar tiró de oficio y paciencia en ataque para volver a producir, eso sí, la mayoría de las veces desde el 4,60. Al contrario que en los minutos previos, los de Vidorreta sí se mostraron certeros en los libres (en una racha que inició Shermadini con cuatro seguidos), con un casi inmaculado 10/11 en este periodo que le sirvió para devolver el choque a la situación del segundo acto, e incluso elevar su renta por encima de la veintena gracias igualmente a un triple de Huertas (38-59) y una canasta de Konate (44-66).

Con el duelo ya finiquitado, el Iberostar dio minutos a sus hombres de rotación (incluido el vinculado Alberto Cabrera), que si bien dejaron patentes más errores que aciertos (y hasta cierta permisividad en el rebote defensivo), sí fueron capaces de ponerle un nuevo techo a su máxima renta: 46-71 y 50-75 primero gracias a Lundberg, y, después, 52-78 tras un triple de Guerra, y 54-80 con el libre de Cabrera con el que concluiría el duelo.