La sangría en el rebote condena al Iberostar en Valencia. Un buen partido en líneas generales y la capacidad para hacer frente, sin arrugarse, al potencial ofensivo de su rival, no le bastaron al conjunto lagunero para cambiar su particular historia y ganar, por fin, en La Fonteta. Un episodio más de reveses canaristas en tierras levantinas que bastante tuvo que ver con su inferioridad en el rebote (36 a 23 en total, y 14 a 6 en ofensivos), en especial en el tercer cuarto, 10 minutos en los que a los de Vidorreta les faltó la intensidad y deseo necesarios para cerrar su canasta y evitar lo que acabaron siendo ocho rechaces ofensivos y 11 puntos de segunda oportunidad. A la postre inmenso botín para los taronja y, a la vez, argumento principal de la pena aurinegra, cuyo margen para certificar su presencia en la Copa es ahora más reducido.

Al Iberostar le costó digerir de entrada la buena dirección de Van Rossom, acertado moviendo el balón y también finalizando (8-4), si bien el club lagunero supo sacar partido de las puertas atrás (Salin y Díez) y a la actividad de Yusta (tapón y triple) para tomar la delantera (10-11). Los locales dieron otro pequeño arreón gracias de nuevo a su fluida circulación y su insistencia en el rebote ofensivo (17-11), factor del que ya sacaron seis puntos en el primer acto. Con las primeras rotaciones el cuadro tinerfeño ganó en empuje, tanto por el acierto exterior que le aportó Gielo, como por la presencia interior de Shermadini, que bien finalizó o sumó una falta recibida tras otra. Así, los laguneros rubricaron un 3-12 con el que volvían a tener ventaja (20-23).

Pero también hizo valer la escuadra taronja su fondo de armario, en especial de la mano de Quino Colom, que sacó tajada de algunos balones sueltos (canasta sobre la bocina del cuarto), de que los defensores aurinegros le pasaba por detrás los bloqueos (dos triples) y también por quedarse liberado en alguna desajuste defensivo. El andorrano anotó 10 puntos en menos de cinco minutos (33-30). Ahí aguantó el Iberostar recurriendo a Shermadini (ocho puntos y seis faltas recibidas al descanso) para el 37-38, pero entre que al georgiano le costó contener atrás a Dubljevic, y el Valencia volvió a golpear jugando sin balón y desde el 6,75 (6/12 en los dos primeros actos), se obró un 10-2 (47-40, 19'). Momento delicado para los de Vidorreta, que salieron de entre las cuerdas con cinco puntos de Salin, para irse solo dos abajo al intermedio (47-45).

Sin embargo, el regreso canarista de los vestuarios fue pobre, en especial debajo de su aro, donde se mostraron extremadamente blandos y se dejaron robar un rebote tras otro: siete en apenas 4:30" para que ocho de los diez primeros puntos del Valencia en el acto llegaran de segundas opciones. Pese a los triples de Gielo y Salin (57-53), el club isleño mantuvo su displicencia en lo más profundo de la zona, donde Dubljevic sacó un enorme rédito. A ello se sumó una férrea defensa -en varias ocasiones bordeando lo ilegal- sobre Shermadini, un arreón taronja desde el 6,75 (67-55, 26'), y el relevo interior protagonizado por Tobey (75-62, 30').

Una serie de aciertos delante quedaron minimizados por varios errores en la zona 2-3 (80-69) aurinegra, que al menos pudo llevar el duelo a un intercambio de golpes. Superado ese otro momento crítico, apareció la mejor versión de Shermadini para meter de lleno al Canarias (82-79, 34'). Los laguneros habían remado de manera abnegada y de nuevo opositaban a la victoria (87-85 tras penetración de Huertas y 89-87 después de una contra de Díez). Pero entre el cansancio por el esfuerzo previo y algunos detalles decisivos (varias ayudas debajo del aro que no llegaron, un triple de Gielo que no tocó ni aro o un gancho de Shermadini que se quedó corto), el Iberostar vio como su rival (de la mano de un Abalde que hizo 14 puntos en el cuarto periodo) no perdonó. Un triple errado por Salin y un fallo bajo canasta de Yusta fueron la puntilla para un conjunto, el tinerfeño, que se marchó de La Fonteta con la sensación de que, a poco que hubiera cuidado algunos matices (sobre todo su rebote), habría hecho cambiar el rumbo de su historia más reciente.