"Encantado" con el buen tiempo y preparándose a conciencia para una temporada especial, como cada cuatro años. Samuel García -04/12/1991, Santa Cruz de La Palma- ha entrenado las últimas semanas en el estadio Antonio Domínguez de Playa de Las Américas -Arona-, emplazamiento elegido por la Real Federación Española de Atletismo para la concentración absoluta de relevos 4×400 -masculina y femenina-. Motivado al máximo, el deportista perteneciente al Tenerife CajaCanarias tiene entre ceja y ceja los venideros Juegos Olímpicos de Tokio 2020, tanto a nivel colectivo como en el plano individual.

En general, ¿cómo valora la estancia en el sur de Tenerife?

Muy positiva. Ha habido un ambiente espectacular, como en estos últimos años con el relevo masculino en las previas de grandes competiciones. Esta concentración, al no tener ese gran campeonato cerca, teniendo este buen clima y en un ambiente tan distendido, pues ha sido una maravilla. Yo entreno normalmente en Barcelona a 10 grados. Y hay gente que lo hace a dos o tres grados en Palencia o en Toledo. Aquí hay 24 o 25 y el cuerpo se pone a correr rápido. Eso es fundamental para que luego salgan las cosas.

Además de las temperaturas, ¿por qué la elección de Tenerife?

También por cercanía: la otra opción era Sudáfrica. Aquí se habla el mismo idioma y nos han dado muchísimas facilidades siempre para todo. Hemos estado en casa y más cómodos.

¿Cuál ha sido el propósito de estas dos semanas de trabajo?

Estamos en el comienzo de la temporada 2020, preparando la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio. Hemos intentado perfilar en qué momento podemos estar todos bien, de cara a citas importantes, como el Campeonato Iberoamericano de Tenerife. Se trata de generar ese tipo de vínculo y de compromiso con el relevo.

¿Cómo fueron las sesiones?

Hicimos simulaciones de entrega de testigo con fatiga, al igual que en carrera. Partimos los entrenamientos en dos: mañana y tarde. En la segunda sesión del día es cuando tocamos más el tema del testigo.

¿Sigue decepcionado con la mala actuación del equipo nacional en el reciente Mundial de Doha - Catar - , aunque particularmente la suya fuese buena?

Sí. La mía fue buena, pero eso es como si Messi hace un buen partido y el Barça no pasa del empate. Al fin y al cabo, los cuatro lo tenemos que hacer muy bien. No pudo ser. Tengo entre un poco de decepción y tristeza porque estos últimos años hemos estado arriba. Vernos tan lejos de esos puestos es una situación difícil de asumir. También mi temporada individual fue una decepción. Lo que quiere Samuel García es volcarse para Tokio 2020: clasificarme individualmente y al relevo 4x400. Voy a poner toda la carne en el asador, preparando un poco más la pista cubierta. Siempre que solo preparo el verano no me sale del todo bien la temporada. He estado en casi todas las competiciones, menos en los Juegos. Hace cuatro años -Río de Janeiro- me quedé a una décima. Es la última pieza angular de mi puzle. Estoy con mucho optimismo. Le doy al año la importancia que toca, que es mucha.

Más allá del Iberoamericano, ¿tienen el calendario definido donde van a intentar hacer uno de los ocho mejores tiempos - ya cuentan con billete los ocho finalistas del Mundial - para estar en tierras niponas?

Hay dos opciones claras sobre la mesa: a principios de mayo, en Rieti -Italia-, donde hay un encuentro con varias selecciones, como Italia, Portugal o España; y luego, lo comentado, el Iberoamericano de Tenerife, que es la segunda y más clara.

¿En qué tiempos creen que van a tener que correr para estar en los Juegos? ¿A ritmo de récord de España - 3:00.65 - , logrado por ustedes mismos en el Mundial de Londres 2017, donde fueron quintos?

Para nada. Calculo un 3:02 pelado o un 3:01 largo, que ya son marcas muy exigentes. Evidentemente, son tiempos que podemos hacer porque llevamos varios años alcanzándolos. Muy pocos en el mundo han corrido dos años seguidos en 3:00 -también fueron bronce en el Campeonato de Europa de Berlín 2018, con 3:00.78-. Tenemos ese margen, pero hay que estar bien.

Confirmado que va a hacer pista cubierta, ¿está haciendo más trabajo preventivo del habitual para cuidarse de los problemas que le ha dado el pubis?

De hecho, ya está instalado en el modelo de entrenamiento el tema de la prevención del pubis. No va a variar mucho. Es cierto que debo estar más alerta. Lo mismo, si tengo algún dolorcillo, no podré seguir. Tendré que medirme y evaluarme más a mí mismo. El pubis, una vez que gana terreno es complicado de coger.

Más allá del claro objetivo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a nivel individual entiendo que será importante tocar los 45 segundos, algo que no ha conseguido en todo 2019.

Desde luego. Debo tener esa regularidad en 45, pero sobre todo mirando hacia delante: he estado corriendo en 45 bajo y por qué no dar el salto a 44, lo que garantizaría la plaza directa a Tokio. Sería un doble reto.

¿Dónde está la mínima?

En 44.90. Es una mínima muy fuerte. Hay otra opción para estar, que es más compleja. Depende de los mítines y de las pruebas donde corras, y su categoría, te darán una puntuación. Solo entran 48 a los Juegos, de los cuales unos 20 o 25 lo harán directamente -por tiempos-. Calculo que con 45.30 o 45.40 se debería poder estar en Tokio. Es algo que no se puede calcular a ciencia cierta.

¿Se centrará más en el relevo, en sí mismo o a partes iguales?

A partes iguales, la verdad. Me motivo muchísimo cuando trabajamos en el plano colectivo porque sé que soy un atleta para estar luchando también individualmente con los mejores. He hecho grandes actuaciones con el relevo, pero creo que también lo he hecho individualmente y aún puedo hacer más. Debo pensar que puedo bajar de 45 segundos -ese es su récord-. Y si no, ir por puntos y ganármelo de esa manera.

Acaba de cumplir 28 años. ¿Piensa que puede ser la última oportunidad para acudir a una cita con los aros o aún podría optar a estar en París 2024?

Yo ya pienso que -Tokio- puede ser la baza más importante. Es cierto que los atletas tienden a ser más longevos. No pienso en nada más que no sea este año, que dictaminará un poco lo que haga en los siguientes. A raíz de ahí, veré la decisión que tomo: si sigo cuatro años más, si sigo dos? Para nada pienso en París, sino en Tokio.