Ni dos semanas en la Isla, y le llega un partido de campanillas...

Realmente solo llevo tres días aquí tras una semana fuera. Este partido es muy importante para todos, para el equipo porque necesita ganar en la lucha por estar en la Copa del Rey, y para nosotros porque es un duelo especial ante el mayor rival canario. Queremos ganarlo otra vez. Estamos muy felices por haber vencido en una cancha tan complicada como la de Andorra, y el de este sábado será un encuentro muy similar a ese, en el que necesitaremos mucha confianza y estar centrados durante los 40 minutos. Creo que vamos a llegar listos, porque tenemos tiempo para prepararlo, y también corazón y alegría.

El derbi contra el Granca es, precisamente, de esos encuentros que a usted más le ponen ...

Partidos así son los que me han gustado toda mi vida y los que me motivan especialmente. También es un tipo de encuentro de los que necesito para volver a hacer buenas cosas en el equipo. Tengo muchas cosas en mi cabeza, demasiada información con todos los sistemas, y eso me impide jugar con libertad. Quiero hacer un buen partido ante un gran rival para ganar confianza y poder ayudar a mis compañeros en unos meses que vienen por delante y que serán muy difíciles.

Sobre esto que dice, es evidente que en estos dos primeros choques se le ha visto algo perdido...

Sí. Lo primero de todo es que el rol que tengo en este equipo no es igual al que tuve hace tres años. Ahora tenemos a Shermadini, un jugador grande y que está haciendo una temporada enorme. Lo primero que está en mi mente no es Giorgio [en referencia a él mismo], sino ayudar a Gio y al resto del equipo para que tengan más confianza, tanto en defensa como en ataque; dar más alegría y generar tiros liberados para Santi, Dani, Sasu y todos los demás. Si es así, yo estaré feliz, y poco a poco, tendré más confianza, más ritmo, y más libertad, por lo que mi nivel volverá a ser el de antes.

Supongo que pese a que su redebut en casa no haya sido muy positivo, reconforta que la grada acabe coreando su nombre...

Eso es algo magnífico. Pero no solo por lo que ocurrió durante y después del partido contra el Mornar. Desde el día que se anunció mi fichaje todo el mundo me ha mostrado su cariño. En el aeropuerto, en las redes sociales, por la calle... Estoy muy feliz por volver porque la Isla, su gente y su alegría están en mi corazón. Aquí me siento como en casa, tranquilo y relajado, y noto que me quieren.

¿Por qué volvió?

Es muy fácil, no era feliz en Grecia. Tras mi paso por el Olympiakos no he tenido la suficiente motivación ni cariño hacia el baloncesto. Todo ha sido malo en mi cabeza. Cuando estás acostumbrado a jugar en un nivel alto y de pronto das un paso atrás, te cuesta adaptarte. Una mañana Txus me escribió un mensaje preguntándome qué era de mi vida en Grecia, me contó que necesitaba mi ayuda y que le gustaría que volviera. Yo le dije, por favor, sí, y en dos días todo se resolvió para que regresara.

Se puede decir entonces que Txus casi le hace un favor a usted para que volviera a Tenerife...

Sí, Txus es la primera razón por la que estoy de nuevo en el Canarias. También ha influido el club, en el que todos sus trabajadores tienen un gran corazón; y siempre he mantenido una muy buena relación con Aniano y con Félix, hablando por teléfono habitualmente. Y por supuesto, el sitio. Aquí disfruto del baloncesto, de la vida y de todo; la Isla es como un paraíso.

Pero en 2017 se va al Olympiakos a jugar Euroliga, y luego al Promitheas en Eurocup. Estando a ese nivel, ¿cómo un griego no puede ser feliz en Grecia?

Mira... Yo vivo solo desde los 14 años, y lo primero en mi vida es el baloncesto. Si no soy feliz en la cancha, no soy feliz fuera de ella. Y este año en el Promitheas me estaba pasando algo así. No porque el equipo no estuviera bien, sino que mi cabeza no estaba cómoda. Además, la liga de Grecia no me ayudaba a motivarme, y por eso quería volver a España, porque el nivel de baloncesto es el máximo. Aquí hay muchos partidos grandes, de esos que deseas jugar y luchar al máximo. Por eso la decisión de regresar fue muy sencilla, porque sé que aquí seré feliz con el baloncesto y, a la vez, eso me hará conectar con mi vida y ser más feliz cada día.

Esta tarde usted se medirá a su compatriota Bourousis, con el que ya se enfrentó años atrás en los Panathinaikos-Olympiakos. ¿Esos partidos se parecen al de hoy?

Son totalmente diferentes, mucho más calientes, sobre todo por la mentalidad, en general, de la gente. Pero este es un derbi apasionante, tenemos las entradas agotadas y esperamos mucha gente. Ioannis es un buen colega y espero un gran partido contra él; y también de Fotis [Katsikaris], que seguro que estará muy motivado. Trataremos de frenarle esas ganas. A los dos y a los suyos les deseo lo mejor, pero fuera de la cancha. Dentro de ella solo pienso en el Iberostar Tenerife. La última vez que nos enfrentamos yo estaba en el Andorra y Ioannis en el Bilbao; ese partido lo ganó Giorgios... Ahora quiero ganar otra vez.