Un desplazamiento extra de regalo. Ese podría ser el premio que puede esconder para el Iberostar Tenerife el duelo regional de hoy contra el Herbalife Gran Canaria. Y es que en caso de salir airoso ante el cuadro claretiano, y con tres jornadas por delante para el término de la primera vuelta, el conjunto de Txus Vidorreta no solo consolidaría su situación en la zona noble de la Liga Endesa, sino que además pondría un pie en la Copa del Rey a celebrar en Málaga, en lo que sería su cuarta participación seguida en el torneo del KO. Añadido, pues, a un partido que siempre entraña una connotación especial en una cada vez más discutida supremacía del basket en el Archipiélago.

Llegan los aurinegros al envite de hoy con sensaciones positivas. No tanto las de la victoria el martes contra el Mornar, sino más bien unas menos engañosas, las dejadas siete días atrás en su visita al Andorra. En su asalto al Principado el Iberostar fue tremendamente reconocible, haciendo circular el balón con extrema fluidez a la vez que se mostró atinado desde el 6,75. Dos señas de identidad básicas en el baloncesto de Vidorreta y que hoy deben ser pilares básicos para tratar de tumbar al Granca. Cercanía cada vez mayor al modelo propugnado por su técnico y en el que también tendrá mucho que ver la aportación de Georgios Bogris. El griego, todavía algo perdido en algunas situaciones de juego, es un seguro de vida a la hora de dar consistencia al rebote defensivo -preocupante vía de agua en tiempos recientes para los canaristas-, a la vez que se erige como un filón para tratar de generar, desde el poste medio, inversiones de balón que acaben en situaciones exteriores liberadas.

La presencia de Bogris también debe suponer una opción adicional -junto a la Fran Guerra- para que Shermadini haga de su presencia en cancha minutos de mayor calidad sin necesidad de acabar desfondado físicamente. El georgiano ya dijo esta semana que se ve capacitado para jugar el partido entero si hiciera falta, aunque a buen seguro que esta tarde se conforma con mantener la línea de sus actuaciones en el Santiago Martín, donde promedia 29,3 de valoración, cifras que incluso crecen en sus dos últimas apariciones ligueras: 35 créditos contra el Betis y 38 frente al Murcia.

Ese estado de gracia de Shermadini como termómetro del buen hacer canarista (junto a la innegable aportación de Huertas) pasará hoy un duro examen. En global por medirse a un adversario que parece ir en línea ascendente tras un titubeante arranque de curso -cinco victorias en los siete encuentros más recientes- , y a nivel particular el de tener también que contener a dos interiores de cuidado, Ioannis Bourousis y Matt Costello. Ambos son resolutivos cerca del aro (el segundo de ellos viene de hacer un 22+14 la pasada jornada), pero igualmente se prodigan desde el 6,75 (entre ambos lanzan 4,8 triples por encuentro), lo que obligarán al gigante aurinegro "a un esfuerzo de concentración", según su técnico, a la hora de defenderlos cuando lo saquen de la pintura. De lo que sea capaz Gio -de generar y de evitar en los claretianos- tendrá mucho que ver en las opciones aurinegras de volverse a hacer con el derbi regional.