Aseguraba ayer Txus Vidorreta que esperaba "un buen partido de Javi Beirán", tal y como acostumbra el madrileño ante sus anteriores equipos. La motivación del alero del Granca, en el regreso a la que fue su casa durante un lustro, queda fuera de toda duda. Ahora, ese cariño de la grada podría incluso jugar a favor del Canarias si el dorsal 33 no logra darle equilibrio a las sensaciones que vivirá sobre el parqué del Santiago Martín. "Seguramente este es uno de los derbis más especiales", admite de entrada Javier.

"Tendré que esforzarme un poco para olvidarme de esos sentimientos y una vez comience el partido intentar jugar lo mejor posible", se pone como propósito un Beirán que durante la semana lleva "recibiendo un montón de mensajes" de seguidores que desean verlo "en el Santiago Martín". "Me recibirán con los brazos abiertos, pero en el partido me olvidaré de lo externo", comenta el alero sobre el afecto que se generó durante su etapa como aurinegro. "Creo que una gran parte de la afición le guarda mucho cariño a esa época y a mí una vez me he ido; sentimentalmente va a ser importante", expresa en este sentido.

Un retorno a Tenerife, el de Beirán, que se produce casi seis meses después de su desvinculación del Iberostar, cuando tenía contrato e incluso, para ojos de muchos, debía ser indispensable para este curso. "Circunstancias de la vida", califica el alero este cambio de rumbo. "No nos pusimos de acuerdo en lo que las dos partes queríamos y creímos que lo mejor opción era que saliese. En Tenerife se decidió hacer un cambio generacional, o como lo quieras llamar, porque solo sigue Tomasz Gielo, y vi que no era mi lugar seguir allí", explica Javi.

Reconoce incluso Beirán que no le hubiera importado ser de los pocos en continuar en la nave aurinegra respecto al curso pasado. "Las conversaciones que mantuve incluso me hicieron plantearme que me quedara yo solo, que era la idea que había al final. Con el club siempre he tenido buena relación y no fue problema", comenta de entrada el ahora jugador claretiano, que aún así vio ciertas reservas en esa permanencia. "Podía ser buen proyecto, pero con la opinión que me daban de cómo me querían ver, decidimos que lo mejor era que no continuase", añade en este sentido, si bien deja claro que el fichaje de Dani Díez no lo influenció, ya que son "jugadores diferentes".

Ahora, en el Granca, Beirán se reencuentra con otro excanarista, el técnico Fotis Katsikaris, con quien no había gozado de un protagonismo superlativo. Su situación, sin embargo, ha variado. "En Tenerife pienso que debería haber jugado más de lo que lo hice, pero también es verdad que había otro alero como Ponitka, con quien tuve una buena rivalidad por el puesto. Mi forma de verlo es que podíamos jugar juntos, pero fue cosa del momento. Aun así jugué minutos viniendo del año de lesión que me mantuvo apartado de las canchas. Creo que ahora soy mejor jugador y alguien consolidado en la liga", argumenta Javi, que ya se ha encargado estos días de dejar claro "a los nuevos" que si el Granca no sale "enchufado desde el minuto uno", el Canarias les puede "pasar por encima". Al margen de conocer el calado de su mensaje, queda saber si él mismo podrá aplicarselo.