El Iberostar Tenerife más reconocible del curso. En un partido serio y coral, el club lagunero se impuso al Andorra y dio un paso más hacia la Copa del Rey. Avance propiciado en buena medida a dos señas que eran inherentes a los aurinegros hasta hace nada: el acierto en el tiro exterior, y una fluida circulación de balón para acabar dando con el compañero mejor situado. Un cóctel prácticamente demoledor si, como sucedió el sábado, existe un mínimo de puntería.

Incluso renunciando a situaciones relativamente sencillas debajo del aro, el Canarias confió en Andorra una y otra vez en el extra pass para sacar en balón o bien para acabar doblando a otro jugador cerca de canasta. Una filosofía que se tradujo en 21 asistencias y que confirma una tendencia: el conjunto aurinegro promedia, en sus ocho victorias ligueras 19,5 pases de canasta -22 en los últimos tres triunfos-, frente a las 14,2 en las que se queda en sus derrotas.

Ligado muy estrechamente a esas asistencias está el acierto desde el 6,75. Así al menos queda reflejado en los números del último choque. Y es que de los 16 triples anotados por los de Vidorreta, 14 llegaron gracias a una asistencia. Huertas y Salin, con tres cada una, llevaron la voz cantante en este reparto, si bien Bogris -en su papel de inmejorable pívot repetidor desde el poste medio- ya aportó otras dos. Una línea que podría ser oro para un equipo que, salvo Salin, apenas posee generadores propios en el tiro exterior.