Con vistas a su segundo partido como técnico del Tenerife, tras debutar con un 2-0 en La Rosaleda, y en la víspera de su estreno en el cargo en el Rodríguez López, Rubén Baraja remarcó la motivación que debe representar para su equipo la disputa de un encuentro como el de hoy ante el Alcorcón.

Buscando la "inercia positiva" que genera la alternativa de "mirar el lado positivo de las cosas", el entrenador emitió un mensaje carente de pesimismo, a pesar de la situación clasificatoria de un equipo situado en la zona de descenso.

Sin miedo por la racha de ocho encuentros seguidos en casa sin ganar que acumula el Tenerife, afirmó que "este es un momento en el que jugar en casa tiene que ser una gran motivación". Poniéndose como ejemplo, confesó que le entusiasma poder vivir su primer partido en el Heliodoro siendo local, después de haber visitado el estadio como jugador del Valladolid y el Valencia y como preparador del Elche y el Sporting. "Me hace muchísima ilusión por ser mi primer partido en casa con el Tenerife", reconoció Baraja incluyendo al público en la dinámica que pretende activar. "Debemos tener las cosas claras, hacer una actuación completa y competir bien, y que luego la gente sea consciente de la complejidad del momento en el que estamos; es importante que nos empuje".

En su repaso de la racha en campo propio del Tenerife, señaló que se trata de una trayectoria "sorprendente" por haberse producido en un estadio con fama de "difícil" para los rivales. "Tuve la suerte de venir como jugador y como entrenador, y lo hice sabiendo que aquí iba a sufrir, porque me lo iban a poner muy difícil, pero los resultados no se han dado en esta temporada y eso es algo que tenemos que recuperar, porque forma parte de nuestro plan de acción a corto plazo", comentó refiriéndose a la necesidad de que el Tenerife vuelva a "ser fuerte en el Heliodoro". Al respecto, el entrenador insistió en que el estadio será una herramienta "importante a corto plazo para salir de esta situación".

Hoy, la amenaza lleva el nombre de Alcorcón, un adversario "fuerte en el juego directo", un oponente "que tiene empuje y llegada desde la segunda línea", entre otras virtudes. Por todo ello, indicó que el Tenerife tendrá que estar "muy concentrado, vivir mucho el partido e interpretar lo que se tenga que hacer en cada momento". En suma, invitó al grupo a sacar a relucir su identidad. "Tenemos que ser nosotros mismos", dijo antes de explicarse mejor. "Debemos ser un equipo agresivo en lo defensivo en cuanto a los duelos y a la seguridad defensiva, pero también en ataque para llegar a la portería siendo verticales y tener la pelota cuando sea posible", aconsejó sin olvidar que "de un día para otro" no se consolida ningún funcionamiento colectivo ideal. "Tenemos que ser fuertes y rocosos, y saber manejar el juego".

Deseoso de comprobar la respuesta del Tenerife ante el Alcorcón, Rubén apuntó que la de esta tarde será "una buena prueba" para el equipo, un examen al que llega con la "tranquilidad" de haber percibido entre sus jugadores "energía y voluntad por cambiar la dinámica, sobre todo en casa". Eso sí, no ocultó que "faltan cositas" para que el grupo sea competitivo.

Pasando a la situación de algunos futbolistas, admitió que es "necesario recuperar a jugadores importantes y vaciar la enfermería lo antes posible", objetivos que se han ido alcanzando gracias a la incorporación al trabajo en los últimos días de Bermejo y Milla, cuya presencia en la convocatoria de hoy no llegó a garantizar. Sí podrá contar con total seguridad con Álex Muñoz, ausente en Málaga por la acumulación de cinco tarjetas amarillas. Baraja no descartó la opción de encomendarle al alicantino la función de lateral izquierdo. "Lo conozco de su etapa de juvenil en el Hércules y sé que tiene características técnicas para ser una alternativa en ese puesto".

En una visión global del plantel, el entrenador aclaró que no ha detectado un déficit en la capacidad de concentración de los futbolistas, y tampoco se quejó por la coincidencia de jugadores con poco recorrido en las categorías profesionales. "Hay jóvenes, pero también veteranos. No hay que mirar el carnet de identidad. Es cuestión de querer, de empujar, de compromiso, de actitud, de sumar y de ayudar al grupo. Y da igual tener 18 años o 35. Algunos tienen menos experiencia, pero aportan otras cosas, como la energía, las ganas o el hambre de crecer y mejorar", manifestó Baraja después del entrenamiento que dirigió ayer por la mañana en las instalaciones de El Mundialito.