Regresar para recuperar unos derechos mínimos y, con ello, la felicidad. Wanda Banguero Isajar (Cali, 28/09/1992) regresó el pasado 20 de mayo a la Liga Iberdrola, después de una temporada caótica en Chipre. La opuesta colombiana, con pasado en Arona y Cuesta Piedra, se enfrentará mañana (18:00) al equipo al que le hizo un roto -22 puntos- en la semifinal de la Copa de la Reina 2018, al Club Voleibol Haris. En torneo del nocaut celebrado en el Pabellón Juan Ríos Tejera, la caleña fue la máxima anotadora con 41 puntos frente a los 40 de su compañera de equipo Elzbieta Nykiel.

Desde que arribó a España en 2013 procedente de Colombia, Wanda Banguero dejó patente su talento en las canchas nacionales. Quizá sin liderazgo, pero capaz de desnivelar la balanza desde el opuesto o desde zona cuatro, la caleña se fue labrando un currículum que la hizo saltar a la élite española; defendió los colores del Volley is Life Grupo 2008, Extremadura Arroyo, Cuesta Piedra y Arona Tenerife Sur.

Su buena campaña en el cuadro del Pabellón Jesús Domínguez El Grillo no pasó inadvertida para el resto del continente, y acabó firmando por el Apollon Limassol, pentacampeón de la competición nacional. La firma que estampó en el club blanquiazul, una pesadilla.

"Cuando te vas a jugar fuera nunca esperas tener una experiencia mala. El impago fue lo menos grave; queríamos salir y no podíamos porque no teníamos visado y allí (por Chipre) hay una ley que, si no trabajas con esa validación, te pueden meter en la cárcel. Me tocó aguantar hasta que el club nos dejó salir. Por suerte, lo que sufrí y la gente que se portó mal con nosotros, la he dejado atrás. Ahora pienso en el futuro, en lo que queda por venir", revela a EL DÍA la colombiana.

Sin querer profundizar en las peripecias por las que pasó en su periplo en el club chipriota, Wanda asume que llegó a "pasar hambre" pero que, aunque lo pueda parecer, "eso no fue lo peor", apostilla. En la vorágine de despropósitos que atravesó Banguero y el Apollon en su conjunto, un proceso judicial que se le abrió al presidente por presunto narcotráfico.

Después de las malandanzas, la cañonera ha vuelto a sonreír en España, país que la ha visto crecer dentro del rectángulo. "Estoy muy feliz de haber regresado y de volver a jugar; tenía muchas ganas. Tenía claro que si volvía a jugar a España sería en un club que cumpliese con lo pactado; no solo en el apartado económico. Tenía muy buenas referencias de Menorca; aquí estoy muy tranquila", asegura la polivalente jugadora.

El próximo sábado (18:00 horas), Banguero se volverá a enfrentar al Haris, equipo que fue víctima de su despliegue en la Copa 2018. Si en el mentado curso su rendimiento era un tanto irregular, en esta temporada es la séptima máxima anotadora de la Liga Iberdrola con 132 puntos. "Aquel enfrentamiento de Copa de la Reina fue muy especial. Tengo muchas ganas de afrontar este encuentro. Nos enfrentaremos dos rivales directos. Ambos equipos queremos estar en el segundo puesto; el Haris y nosotras lucharemos a muerte por eso antes de que finalice la primera vuelta -quedan dos choques-", apunta la cañonera.

En lo referente al Sanaya Libby's La Laguna, la ariete caleña reconoce que las blanquiazules "tienen un equipazo con todas las letras. No solo tienen a sus titulares, también tienen mucho banquillo; todas las que entran son muy buenas". No obstante, poco tiene que envidiarle el Avarca Menorca, plantel que trabaja "muy duro para poder dar la talla".