La enésima moneda al aire salió cruz. Lastrado en su rotación por la consabida baja de Lundberg -en la Isla por su inminente paternidad-, y por la ausencia por molestias físicas de Huertas -además de la no participación de un Atkins que sigue sin contar-, el Iberostar Tenerife sufrió ayer su primera derrota del presente ejercicio en competición europea. Cayeron los de Vidorreta pese a un buen arranque (13-21) pero se mostraron más espesos con el paso de los minutos; incapacitados además de frenar el ciclón exterior de los locales en los dos actos iniciales (9/12) ni la capacidad desbordadora de Brown (26 puntos). Y aunque los isleños volvieron a tirar de heroica para opositar al triunfo (del 66-57 pasaron al 69-70 a 2'50" del final), no estuvieron del todo atinados en los instantes claves para rematar la faena. Un tropiezo, el de tierras rusas, que para los canaristas supone, por extensión, poner fin a una racha de 16 victorias (y más de dos años y casi dos meses) a domicilio en la fase regular de la BCL.

La puesta en escena canarista fue más que notable, con un 2+1 de López, una activa defensa press primero, zonal 2-3 después y que finalmente acababa al hombre; pero sobre todo con la superioridad de Shermadini. El georgiano produjo inicialmente en el rebote ofensivo para asistir, luego metió manos atrás y hasta se atrevió a salir botando a la contra, y posteriormente activó su medio gancho para disparar a los suyos hasta el 13-21.

Pero lejos de tumbar a su rival, el Canarias permitió que los locales metieran el duelo en un intercambio de canastas, toma y daca del que salió beneficiado un Nizhny que veía el aro como una piscina desde el 6,75 (4/5 en el cuarto inicial). A eso se unió que con las rotaciones los aurinegros perdieron punch (salvo alguna finalización de Guerra y la actividad atrás de Konaté) y además llevaron al límite varias de sus posesiones. De poco sirvió el 9/10 en tiros de dos y las ocho asistencias en los 10 minutos iniciales (23-26).

La tendencia se prolongó ya en el segundo acto (30-28) y pese a una nueva aparición de Konaté (cinco puntos seguidos), el estado de gracia de los rusos en el lanzamiento exterior (9/12 al descanso) devolvió la delantera a los de Novgorod. Ventaja que llegó a ser incluso de seis (41-35) tras un nuevo latigazo de Brown (15 puntos al intermedio). El Iberostar había olvidado la frescura del arranque y a duras penas (cinco puntos consecutivos de Salin) lograba agarrarse al duelo (44-40).

No cambió la tendencia tras el receso, aunque el ritmo anotador bajó por completo: 2-3 en más de cinco minutos y medio. El Iberostar enlazó una pérdida tras otra (5/22 en tiros de tres y ni una sola asistencia en seis minutos), sufrió ante la intensidad en líneas de pase de los locales (49-43) y además recibió otra andanada desde el exterior (55-47). Pese a la acertada dirección de López (53-50, 28'), varios desajustes defensivos y la impronta de Brown dieron aire a los locales (64-55, 31' y 66-57, 34'). Un -9 que encendió las alarmas en la nave tinerfeña, que como si de una costumbre se tratara, y oliendo el peligro de la derrota, cambió radicalmente el chip. Con sendos triples de Díez y Suárez, y López encontrando dentro a Shermadini y Guerra, el Canarias amasó un parcial de 3-13 que le puse en franquicia (69-70).

Con lo más complicado ya realizado, al Iberostar le faltó, sin embargo, dar la puntilla. El enésimo 1x1 resuelto por Brown, un rebote mal cerrado (73-70), pero sobre todo varios errores encadenados en lo que parecían canastas sencillas condenaron a los aurinegros, de nuevo penados por su flojo acierto exterior, con tres triples no acertados, el último de ellos, haciendo la corbata, y que al menos hubiera supuesto la prórroga. Toca pensar en Andorra.