El Tenerife-Alcorcón de este sábado puede rematar la página más negra como local de los blanquiazules en su historia. Solo una victoria puede evitar que el conjunto insular iguale su peor racha de partidos en el Heliodoro Rodríguez López. Sucedió en la temporada 1998/1999, la última en Primera de su etapa más gloriosa, y entonces acumuló nueve comparecencias ante su sufrida afición sin ganar. Rompió el maleficio después del parón navideño, pero fue tal el déficit de puntos que le supuso que no logró eludir el descenso a Segunda.

En la actualidad son ocho los encuentros que lleva sin cosechar un éxito de tres puntos en el recinto de la calle San Sebastián el equipo que ahora dirige el vallisoletano Rubén Baraja. El empate en el derbi (0-0) abrió la serie, que luego vivió tres derrotas consecutivas ante Fuenlabrada (0-1), Oviedo (0-1) y Extremadura (1-2). Ante el Racing parecía enderezarse el asunto, pero Yoda anotó el 3-3 definitivo en la prolongación. Fue el primero de tres empates (0-0 con el Huesca y 1-1 con el Cádiz a continuación). El último le costó el puesto a Aritz López Garai. Su sustituto interino, Sesé Rivero, tampoco cortó la hemorragia de puntos en el Heliodoro y cedió ante el Almería (1-3).

Como resultado, un Tenerife en puestos de descenso y los peores números como local del Campeonato. Solo el Deportivo de La Coruña, colista con 12 puntos, iguala semejante despropósito. Pero la comparación resulta aún más sonrojante si los insulares se miran al espejo de su historia. En 43 campañas militando en la categoría de plata jamás había encadenado ocho partidos sin ganar en su feudo. Es más, desde su regreso al fútbol profesional en el verano de 2013, la sequía llegó como mucho a cuatro encuentros.

Sucedió en la convulsa temporada 14/15, ya con Raúl Agné en el banquillo y hasta en dos ocasiones. Entonces le costó alargar su agonía hasta la penúltima jornada, en la que ganó al ya ascendido Betis y certificó su permanencia. También se dio la pasada campaña en la que, con José Luis Oltra ya en el cargo de entrenador, llegó a cuatro comparecencias sin ganar. Sin embargo, a estas alturas de la competición ya había ganado tres veces. Además, solo había perdido en una ocasión, la que le costó el puesto a Joseba Etxeberria (0-1 ante el Reus). Un año después, el Tenerife ha marcado menos goles, ha encajado más y ha sumado menos puntos.

Ni siquiera en el último descenso a Segunda B, el de la 10/11, llegó a tal cifra. Fueron cinco los choques consecutivos sin ganar en la Isla y casi significaron su condena porque se produjeron en la segunda vuelta, ya entre la etapa de Antonio Tapia y la de David Amaral en el banquillo tinerfeño. El precedente más cercano se dio en la 02/03, con Ewald Lienen a los mandos, cuando el Tenerife enlazó seis desesperantes empates seguidos en el Heliodoro que mermaron de forma considerable sus opciones de pelear por el retorno a Primera División.