El 25 de mayo de 2018, el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de Elizabet Chávez -17/11/1990, 29 años, Los Realejos- dijo basta. El peso de una adversaria sobre su articulación, en el último partido de la temporada con su exequipo Nantes -Francia-, resultó demasiado. Desde entonces, la canterana del Club Balonmano Perdoma -La Orotava- vivió no pocas vicisitudes para volver a jugar, algo que ha conseguido este curso de la mano del Plan-de-Cuques -Marsella-, integrante de la segunda categoría, mas con arrestos para lograr el ascenso a la élite.

Chávez, medallista olímpica -bronce en de los Juegos de Londres 2012-, mundial -tercera plaza en Brasil 2011- y europea -plata en Macedonia 2008 y en Hungría 2014- con la selección española, estuvo a punto de arrojar la toalla. Ahora, en su octavo curso consecutivo en la competición gala -este es el primero en el que no está en la máxima categoría-, pisa fuerte para volver a ser la gran pivote que siempre ha sido.

En general, ¿cómo ha llevado este periodo de casi un año y medio alejada de las canchas?

La verdad es que nunca había tenido una lesión tan grave como esta. Es cierto que hace 10 años me operé de una hernia discal en la espalda, pero no tiene nada que ver con lo que ha sido esta recuperación. La mía no ha ido bien. Ha sido una lucha contra mi cuerpo y mi cabeza. Eso ha sido lo verdaderamente complicado.

Ha habido contratiempos, como una fisura en el cartílago de la rótula, ¿fue como volver a empezar de cero? ¿Hubo dos recuperaciones en una?

Sí. En diciembre -de 2018- ya estaba muy bien, lista para volver a jugar en enero. Ahí fue cuando tuve mi primera recaída. Me vi obligada a coger otra vez las muletas. Los seis meses que había hecho de recuperación no me sirvieron absolutamente para nada. Tuve varias recaídas y algunas veces que empezar de cero.

¿Por la misma razón?

Hubo un momento en el que los mismos médicos no sabían exactamente qué es lo que era. Fui a ver a demasiados especialistas. Hoy en día, me arrepiento de haber pedido tantas opiniones. Al final, cada uno te dice una cosa diferente y no sabes qué hacer, quién tiene razón? Se supone que fue por el tema del cartílago, que lo tengo bastante desgastado y dañado. En la actualidad me sigue dando guerra. Esto no se ha acabado.

¿Cree que va a arrastrar el problema para el resto de su carrera deportiva?

Sí, porque al final se trata de desgaste. Hace dos semanas me hice una PRP -siglas de plasma rico en plaquetas-, una nueva fórmula en la que te quitan sangre, la meten como en una especie de centrifugadora y cogen solo las plaquetas buenas para inyectártelas en la rodilla.

Se planteó incluso dejar el balonmano.

Hace 15 años que me fui de Tenerife y ha sido la única vez en la que me he planteado dejarlo todo. Estaba aquí sola y pasé una época muy mala. Pensé en irme a casa, estar con mi familia, dedicarme a otra cosa, empezar a estudiar? Los clubes, al final, cuando juegas y estás para el equipo, pues bien; pero cuando te lesionas no eres la prioridad. Si lo hubiese hecho, quizás al mes me hubiese arrepentido. Quién sabe. Fue la primera vez que toqué fondo de verdad.

¿Está dolida por el trato recibido en el Nantes?

Hoy en día, no; pero en ese momento, sí. Gracias a Dios me trató el mejor fisioterapeuta que se puede tener -Etienne Tourolle-. Si no abandoné fue gracias a él. Fue el único que estuvo conmigo todos y cada uno de los días de mi recuperación.

Amén de él, ¿cuáles han sido sus mayores apoyos en toda esta odisea atravesada? ¿Ha tenido que echar mano de profesionales, por ejemplo, de la psicología para seguir adelante?

Mi mayor apoyo en Francia ha sido Beatriz Escribano, que es como una hermana para mí. Llevamos juntas desde los 15 años, momento en el que nos fuimos de casa. Hemos jugado en casi todos los equipos juntas. Ella y, por supuesto, mi familia. Al estar lejos, intentas decirles estoy bien, no pasa nada, suavizar un poco el tema. No me da vergüenza: sí que he tenido que recurrir a profesionales, psicólogos, porque realmente pasé un mal momento en mi vida. Pensaba realmente que el balonmano se acababa para mí.

¿Empezó la temporada o tuvo que aguardar para debutar con su nuevo equipo?

Tuve que esperar un par de partidos para debutar. Me perdí los dos primeros partidos del principio de campaña.

Su conjunto va líder del Grupo B de la segunda división francesa, con ocho victorias y un solo empate. ¿Cómo se encuentra en la entidad?

La verdad es que estoy muy contenta. Creo que he tomado la mejor decisión que podía haber tomado en la situación en que estaba. Desde el principio confiaron en mí, en que me iba a recuperar. Me han tratado siempre muy bien. Me han tendido siempre la mano, en todos los momentos en los que he necesitado cualquier cosa. No estaban preocupados por si me perdía algún partido en el comienzo. Me comentaban que me necesitaban para el final de temporada, de cara al ascenso de categoría.

En el año 2012 arribó a Francia. En todas estas campañas ha jugado siempre en la máxima categoría. Visto desde fuera, su fichaje puede ser considerado como un paso atrás.

Es verdad que yo tampoco me había planteado en ningún momento jugar en segunda división. Pero dadas las circunstancias que tenía, pensé y pienso que fue la mejor opción. Puede ser que a la gente le parezca que es un paso atrás, pero para mí, desde luego, no. Tengo minutos de juego y responsabilidad. Esta temporada realmente a lo que aspiro es a sentirme bien, coger ritmo, volver a ser lo que yo era y ayudar al equipo a subir.

¿Está siendo titular?

Sí. Menos el partido que empatamos, contra el equipo con el que nos vamos a jugar el subir o no hacerlo (Celles-sur-Belle), los otros encuentros son bastante fáciles: ganamos con diferencias de 10, de 15? El entrenador reparte minutos, pero juego entre 30 y 40 -por encuentro-.

¿Piensa en su rodilla cuando hace determinados movimientos sobre la pista?

Sí. Eso es algo que estoy trabajando con mi preparadora mental. Es verdad que me limita.

¿Ha cambiado su juego debido a la circunstancia?

No, pero es verdad que no estoy al nivel que tenía antes de producirse la lesión. No sé si a la larga podrá pasar, cuando quizás sienta que ciertos movimientos no los voy a poder hacer.

Hay parón liguero hasta el 4 de enero. ¿Vendrá por Tenerife?

Sí. Del 21 al 26 de diciembre. El 27 ya volvemos a entrenar.

Imagino que este periodo es muy importante para, en su caso, seguir manteniendo o incluso seguir elevando el tono físico.

Mi objetivo es ponerme a tope físicamente porque tampoco pude hacer la pretemporada con mis compañeras. Lo que quiero es llegar al final de temporada lo mejor posible.

¿Desde cuándo no acude a la selección española?

Desde el Mundial de Alemania en 2017 -diciembre-.

Con apenas 29 años a sus espaldas, ¿aún tiene esperanzas de volver a ser convocada algún día? La cita planetaria de 2021 será en España.

No lo sé. Es un tema complicado para mí. Evidentemente, claro que me gustaría ir. Egoístamente, pensando en mí y en mi rodilla, tampoco me quedan muchísimos años de balonmano. Sinceramente, a mí lo que más pena me da es Tokio -Juegos Olímpicos del venidero año 2020-.

¿Cómo está viendo al combinado nacional en el Mundial? ¿Qué opciones le augura?

Me está gustando mucho. Creo que está defendiendo muy bien y que ha hecho una primera fase muy buena. Ahora lo que hay que ver son los cruces. Ahí es cuando va a estar más complicado. Espero que vayan a por todas, que lleguen a lo máximo posible y, por supuesto, si pueden obtener medalla, estaré encantadísima y contentísima por ellas. Sé que han trabajado mucho, que hay mucha gente joven, con muchas ganas e ilusión.