La décima edición de la K42 Canarias Anaga Marathon rompió moldes. La prueba más completa tuvo de todo. La Laguna fue epicentro del mejor trail-running durante un fin de semana donde la Ciudad Patrimonio de la Humanidad y la Reserva de la Biosfera del Parque Rural de Anaga sirvieron de escenario para que los élites de la K21 y K42 pulverizaran tres de los cuatro registros que se ponían en juego. Miguel Heras (3:52.38) e Yngvild Kaspersen (4.45:36) se llevaron el triunfo y, además, hicieron récord de la prueba reina. En la media maratón, Diego Martín (1.30:07) revalidó y mejoró su propia marca del 2018, mientras, en féminas, Nadia Dagher (1.57:10) dominó con piernas de hierro.

La climatología, después de hacer su trabajo en los días previos con precipitaciones que pusieron el terreno a punto de nieve, respetó. Pese a la presencia de barro en senderos, el firme ya no se antojaba tan peligroso -sobre todo en las bajadas- como en la jornada de sábado de K12. A las 9:00 horas, la plaza del Cristo desgranó una cuenta que le daba rienda suelta a las cabalgadas de los élites y populares que se pusieron a prueba con la técnica K42. Media hora más tarde, la modalidad más explosiva, la K21 que, con unos 900 trail-runners, sacó a Las Mercedes a 1.400 deportistas.

Maratonianos de relumbrón

Nueve horas, y añadido, de pasión y sentimiento. Hubo quien estuvo desde las 9:00 hasta las 18:15 corriendo pese a ser conscientes de no entraban en la tabla oficial. Ingrid Barragán y Basilio Alvite fueron dos de los que no se rindieron en una K42 Anaga Marathon que se vistió de gala. La jornada era para valientes y maestros.

Miguel Heras, fiel a su libreto, gestionó la carrera desde la experiencia e inteligencia. El de Béjar dejó correr a Yoel de Paz y Zaid Ait Malek que, en el mirador de Zapata, marchaban primero y segundo. El tándem no se deshizo hasta Solís; en la vuelta de este punto, el palmero empezó a acusar unos problemas físicos que le llevaron al abandono en Chinamada (kilómetro 33). Ahí ya lideraba un Heras que enseñó a los más jóvenes cómo se debe escalar de cota 3 a 1.000 metros. El del Team Salomon pasó por los caseríos de Anaga con un ritmo de 5:04 min/km.

El marroquí Zaid Ait Malek pasó cinco minutos después que el ínclito. Tom Owens, vencedor del 2013, adelantó a Yoel que, definitivamente, rompió. Sin quererlo pero deseándolo, la cabeza de carrera era cosa de élites que ya habían firmado un primer puesto en la K42 Anaga Marathon.

Miguel Heras recalculó en Anaga y vio como, si mantenía el ritmo, rompería con su récord, que databa del año 2015 (3.55:40). A partir del paso por Cruz del Carmen (kilómetro 38), se dedicó a recoger cadáveres de la K21. El cambio de superficie -tierra a asfalto- no quebrantó su velocidad, que se mantuvo estable hasta santificarse en la Plaza del Cristo. El maestro apuntó en la pizarra de tiempos un nuevo récord (3.52:38).

En lo que llegó Zaid y su compañero de equipo Tom, Heras tuvo tiempo para refrendar su admiración hacia el Parque Rural: "Es la zona más bonita por la que he corrido. Estoy enamorado de Anaga, me encanta. Ya me estoy acostumbrando a correr por aquí, pero la primera vez que vine me impactó". También reveló que "la tónica fue el barro", en una carrera "más divertida" que en la edición del 2017. Por su parte, reconoció que la estrategia de "darlo todo" desde la Punta hasta Cruz del Carmen, le salió "bien", cosa que le posibilitó "bajar el récord", apostilló Miguel.

En ese compás se completó el podio con un Zaid Ait Malek que bailó al son de Guaraní antes de entrar a meta (4.11:02); y un Tom Owens, que jugó sus cartas desde la regularidad (4.13:45). David Reyes (4.24:06), Francisco Morales (4.24:49) y Domantas Kavaliauskas (4.25:28) precedieron a un Tini García (4.25:58) que completó su décima maratón K42, y escenificó la fidelidad a la prueba de Gesport Canarias.

Empezó su andadura deportista como futbolista y ya la saca del estadio. La noruega Yngvild Kaspersen dejó a los 19 años la práctica del balompié y se aventuró a practicar trail. El pasado mes de mayo nació una estrella en ella; la nórdica se impuso en la Media de Transvulcania y venció en la Maratón de Zegama, cuna de las carreras por montaña de España. Su currículum la destacaban como la candidata a un triunfo que no tuvo oposición.

Kaspersen compitió con los 25 primeros maratonianos y se olvidó las féminas; nunca bajó del 32º puesto de la general K42 -finalizó 15ª-. Desde Zapata, primer punto de control, le empezó a meter minutos a sus homólogas. Su crono de 4.45:36 le valió para mejorar el registro del icono holandés Ragna Debats (4.48:24) y aventajar en 44:55 minutos a la segunda clasificada Hanna Myvanwy, y en más de una hora a la tinerfeña Vianney González.

La afición fue todo oídos para escuchar a la joven corredora noruega, que no dudó en resaltar la organización de una "carrera que lo tiene todo. Estoy muy contenta por haber corrido en Tenerife, por la carrera y por el fin de semana", concluyó Yngvild, que soltó piernas en la previa por el Teide y en el K-Vertical -también ganó-.

Como la palma de su mano

Como la palma de su mano

Los palmeros fueron mayoría entre los primeros clasificados de la K21. La media maratón, que repetía el recorrido del 2018, contó con la presencia de muchos especialistas del asfalto. A una velocidad vertiginosa empezó y finalizó Diego Martín, pupilo del Hilera que volvía para revalidar y automejorarse. El corredor blanquiazul fue primero durante todo el trazado y acabó con un tiempo de 1.30:07 -ritmo de 4:17-, que mejoraba su crono del 2018 (1.32:39). Ayoze Pérez (1.33:27) e Ione Guerra (1.34:07) completaron el podio.

En féminas, Moana Lilly y Nadia Dagher protagonizaron un duelo por la primera plaza que vivió su fin en Cruz del Carmen; la segunda adelantó a la germana afincada en La Palma. La oriunda del Líbano paró el cronómetro en 1.57:10. Moana llegó al Cristo 2:42 minutos después. Sobrepasando las dos horas (2.05:24), arribó Estela Guerra.