José Ramón Rodríguez Sánchez y Manuel Poblaciones Risoto, segundo entrenador y preparador físico, completan el nuevo equipo técnico del Tenerife liderado por Rubén Baraja, quien destacó la complicidad que ha ido alcanzando con sus ayudantes con el paso de los años. "Venimos trabajando juntos desde que salimos del Valencia", apuntó el vallisoletano. "Son dos chicos jóvenes, con mucha hambre, con muchas ganas y con una gran pasión, y la relación que tenemos nos permite entender las cosas mucho más rápido. Hablamos el mismo idioma y nos gustan las mismas cosas, cada uno con su personalidad".

La primera preconvocatoria de Rubén Baraja quedó formada por diecinueve jugadores. El nuevo entrenador del Tenerife introdujo novedades respecto a la lista anterior. Entraron Isma López, Undabarrena y Naranjo, y salieron Álex Muñoz, que debe cumplir una jornada de suspensión por la acumulación de cinco tarjetas amarillas, y Nahuel Leiva, sin opciones por la lesión muscular que sufrió en el partido ante el Almería. El técnico tendrá que realizar mañana -antes del encuentro con el Málaga- un descarte entre los futbolistas que esta tarde realizarán una sesión en el campo anexo de La Rosaleda.

Además de tener que prescindir de Muñoz y de Nahuel, Baraja no pudo citar a los lesionados Álex Bermejo, Ramón Miérez y Luis Milla. Tampoco viaja el central Nikola Sipcic, en su caso por decisión técnica, y sigue sin estar disponible Sam Shashoua por la lumbalgia que soporta desde septiembre. Igualmente se queda en la Isla el tercer portero, Ángel Galván.

Con todo esto, los elegidos para el compromiso de la decimonovena jornada son Adrián Ortolá, Dani Hernández, Luis Pérez, Shaq Moore, Carlos Ruiz, Mauro dos Santos, Alberto, Isma López, Mazan, Aitor Sanz, Undabarrena, Borja Lasso, Suso Santana, José Naranjo, Dani Gómez y Malbasic, más los canteranos Javi Alonso, Elliot y Jorge.

Para Baraja es "un hándicap no tener a toda la plantilla" preparada para competir, pero no quiso utilizar este argumento como justificación, ni el del corto espacio de tiempo que tuvo para preparar su debut. El primer inconveniente le abre "las puertas a otros jugadores que no estaban teniendo continuidad", y el segundo se compensa con el aprovechamiento de todos los recursos y con la "predisposición" de los futbolistas. "Me hubiera gustado tener una semana más larga, pero las circunstancias son las que son y hemos tratado de mandar un mensaje claro en cuanto a lo que pensamos que el equipo tiene que mostrar", comentó Rubén antes de destacar las "buenas sensaciones" que percibió después de sus tres primeros entrenamientos en el Tenerife.

Asumiendo que tendrá que hacer algún cambio obligado en la once, dio a entender que añadirá otros para "buscar un buen nivel" colectivo en La Rosaleda. "La plantilla tiene que sacar adelante al equipo", opinó refiriéndose al poder del grupo y al papel de habituales suplentes -hasta ahora- que "tienen que participar". En esta línea, se limitó a avanzar que diseñará una alineación que "pueda competir", independientemente de la experiencia de sus integrantes. "Puede haber jóvenes y veteranos; buscaremos el mejor equipo para competir", insistió Baraja.

En cuanto al estilo, recordó que "en el fútbol no se puede jugar solo a una cosa", de manera que tratará de que el Tenerife maneje "diferentes registros" en el campo, defendiendo y presionando para recuperar el balón y buscando el camino hacia la portería una vez ganada la posesión. "Mi intención consiste en que el equipo maneje los dos aspectos, pero eso lleva un proceso", advirtió remarcando la importancia de la fase defensiva: "Sin el balón tenemos que meter intensidad, orden y energía", dijo.

Baraja afirmó que su manera de "interpretar" el juego es "tan lícita" como la del anterior entrenador del Tenerife, López Garai, por lo que no habló de un cambio sino de la aplicación de otro estilo. Mañana, en Málaga, podrá calibrar los resultados y "ver cosas", sin olvidar que "todo lleva su tiempo". Ante todo, considera "muy importante" su partido de estreno, no solo por el valor en la clasificación sino por la "información de la respuesta de los jugadores" y del margen de mejora que recibirá.

En definitiva, aclaró que su "obsesión" no pasa "por cambiar", ya que "en tres días es difícil cambiar mucho", por lo que se ha centrado en dar "tres o cuatro pinceladas" de una idea que irá desarrollando con el transcurso de las semanas.

Por último, Baraja puso de relieve el potencial del rival, un Málaga que "igual no está consiguiendo buenos resultados" en la Liga. "Es un equipo que aprieta, que tiene intensidad y que es fuerte. Pero, respetando al Málaga, lo importante es que veamos a un Tenerife que tenga actitud, intensidad, orden y el equilibrio que necesita".