Después de "dos semanas difíciles" por el despido del entrenador en el que había confiado para poner en marcha su primer proyecto en el Tenerife, Aritz López Garai, y de sentirse "al margen en alguna situaciones" relacionadas con la posterior búsqueda de soluciones, Víctor Moreno se mostró tajante ayer al descartar "absolutamente" que vaya a dimitir.

Saliendo al paso de las dudas que surgieron por su influencia en la elección de Rubén Baraja, aclaró que no es que respaldara la contratación, sino que el fichaje surgió de una propuesta suya.

Ahora, con el vallisoletano al frente de la plantilla, espera que se "cierre el círculo" que trató de trazar con la fallida apuesta por López Garai. "Estábamos presentando muy buenas maneras en el ataque organizado y en el juego posicional, pero nos preocupaba la fase defensiva", reconoció Víctor, convencido de que Rubén "sabrá darle continuidad a lo bueno" que estaba haciendo el equipo y logrará "cerrar el círculo" para que el Tenerife sea "más completo en las fases del juego".

El dirigente afirmó que su opinión tuvo "mucho peso" a la hora de escoger al sustituto de López Garai, aunque matizó que en el Tenerife "se toman todas las decisiones en consenso". En cualquier caso, advirtió de que no renunciará a su cargo, a pesar de haber dejado atrás "dos semanas muy difíciles" por los "acontecimientos extraños" que le dieron un vuelco a su proyecto y que le "sobrepasaron". Por lo que dijo ayer, la tormenta ha dado paso a la calma. "Soy el director deportivo de un club de casi cien años de historia, así que hay una responsabilidad que exige que reseteemos y busquemos lo mejor", añadió antes de referirse al punto de partida de la incorporación de Baraja. "Entendíamos que esta propuesta nos dará empaque en la competición, y nos es que la hayamos respaldado, sino que es una de la dirección deportiva".

Víctor recordó que en los clubes "hay gente que está por encima de los directores deportivos", y en el ejemplo actual, su función consistió en "ver qué modelo se iba a implementar" o si era conveniente "darle continuidad a lo que se estaba realizando". Finalmente, la contratación de Baraja le ha servido para sentir "la confianza del presidente", respaldo que le ha dado "fuerzas para empujar y hacer un buen año".

Moreno insistió en poner de manifiesto que ha superado la crisis. "La responsabilidad de un director deportivo, independientemente de que seguramente se haya sentido al margen en algunas situaciones, es empujar para que esto salga adelante, y prueba de ello es que Rubén está aquí. Haremos un binomio fuerte para que esto funcione", prometió.

Con vistas al mercado de enero, apuntó que "la línea establecida" quedará sujeta a la "visión" que aporte Baraja. Se trata de un plan que también estará condicionado por la reducción del límite salarial, pega que obligará al club a aligerar su nómina. "Lo que podamos hacer va a depender de las posibles salidas", dijo.

Por último, hizo alusión a Dos Santos, jugador que fichó en enero de 2019 y que intentó traspasar en verano. "Me hace gracia que cuando jugaba la temporada pasada, era por imposición mía, y ahora que no lo hace también es por imposición mía", concluyó.