Una derrota previsible... pero muy fea, dolorosa y, quién sabe, si con consecuencias a medio plazo. El Iberostar Tenerife sucumbió ayer de forma contundente en su visita al Barça en un partido en el que los aurinegros -salvo en los minutos iniciales- apenas dieron argumentos para pelear por el triunfo. Aún así, y pese a no lograr nunca continuidad en su juego, los canaristas sí consiguieron mantener el gancho hasta mediado el tercer cuarto (60-55). Pero a partir de ahí, negados en ataque y tremendamente permisivos en defensa, los isleños fueron una caricatura de sí mismos para dejar que su rival se gustara y los acabara sacando de la cancha. Así, los de Vidorreta no solo dan un paso atrás en su propósito de meterse en la Copa del Rey sino que además ven como su average particular -factor que este año se antoja más clave que nunca ante posibles desempates al término de la primera vuelta- queda, con el -32 de ayer, enormemente dañado.

Pese al estropicio final la puesta en escena aurinegra no pareció ser mala, con un Gielo muy activo (cinco puntos) y Shermadini haciendo daño dentro (5-7). Solo un espejismo, ya que a los tres minutos de partido Vidorreta decidió mandar al banco al poste georgiano para tratar de ganar más actividad en el uno contra uno en la defensa sobre Davies. Pero fue vestir a un santo desvistiendo a otro, ya que si bien los aurinegros ganaron cierta solidez dentro, se quedaron huérfanos de las continuaciones de Gio. A los canaristas se les bajaron los plomos, con pases interceptados -hubo muchas manos en la pintura culé-, pérdidas en los 2x1 locales, o simplemente malos tiros, como los de Atkins. Eso permitió que el Barça corriera y firmara un parcial de 14-2 con el que se encendieron las primeras alarmas en los isleños (19-9). Entre un notable Gielo y Huertas mantuvieron con vida al Iberostar (24-18), pero la irrupción en el poste bajo de Tomic y la poca presencia lagunera desde el 6,75 (1/3 en el primer cuarto) acercaron más a los locales a la decena (30-21) que a los visitantes a apretar el electrónico.

Un triple de López y un par de finalizaciones de Shermadini dieron otro balón de oxígeno al Iberostar (30-26), que, sin embargo, estaba dando la sensación de sufrir hasta la extenuación para poder sumar. Todo lo contrario que los azulgranas, para los que anotar (en especial de tres) era un ejercicio de suma facilidad. Varios errores en el tiro (con airball de Atkins incluido) y un par de faltas en ataque disiparon cualquier opción de equilibrio, y volvieron a darle a los de Pesic un colchón de diez puntos (42-32 y 44-34). Con más corazón que cabeza, los de Vidorreta solo pudieron hacer la goma y mantenerse con vida al descanso. Constantes vitales manifiestas gracias en parte al triple final de Salin (47-39).

En otro sí pero no (mate que no culmina Suárez bajo canasta o pérdida tonta por falta de intensidad), el Iberostar volvió a acortar las diferencias, esta vez gracias a su actividad en el rebote de ataque y a su acierto desde el perímetro, con dos triples de Díez y otros tantos de Suárez -el enésimo hombre de desgaste sobre un Mirotic que estaba firmando un partido discreto-. Los isleños se colocaban a cinco (60-55, 25') y, ahora sí, con la sensación de que con el paso de los minutos podía generar nerviosismo en el cuadro de Pesic. Pero tampoco. Mirotic dio un par de latigazos de los suyos antes de un intercambio de canastas para el 72-63 (29').

Lejos de cerrar el tercer cuarto como sí hiciera con el segundo, los laguneros recibieron un 2+1 (de tantos otros) por parte de Delaney. Fue solo el comienzo de un demoledor parcial de 18-0 con el que los canaristas quedaron ridiculizados (90-63). Sin acierto ni criterio delante, ni intensidad alguna detrás, los de Vidorreta vieron como cinco minutos nefastos le apartaron de cualquier sueño que tuvieran de asaltar el Palau. Con la derrota ya garantizada, los isleños fueron incapaces de maquillar al menos su desventaja. Más bien todo lo contrario, ya que regalaron un buen ramillete de rebotes ofensivos y canastas tanto a Oriola como a Pustovyi para el sonrojante 103-71 final. Perder sí. De esa manera (y por esa diferencia), no.