El Palau Blaugrana acoge el domingo el duelo Barça-Iberostar con el que cerrará la undécima jornada. Choque entre uno de los claros aspirantes al título y un manifiesto opositor al playoff; y también el enfrentamiento de los que, por números, y hasta la fecha, son los mejores jugadores de la ACB 19/20: Nikola Mirotic y Gio Shermadini. Ambos firman sus mejores registros dentro de su carrera en la ACB. Unos guarismos casi utópicos en estos tiempos modernos, hasta el punto de que un registro similar, a título particular, no se daba desde el 27,3 que Lou Roe (entonces en el Caja San Fernando) se marcó en el arranque del ejercicio 03/04.

El de Mirotic está siendo, hasta la fecha, un rendimiento acorde con lo esperado en el que, seguramente, sea el fichaje más mediático de este curso. No solo en la ACB, sino en todo el concierto europeo. Tras cinco temporadas (y casi 350 encuentros a sus espaldas) en la NBA, y 28 años, el de Podgorica está demostrando hechuras de capitán general, siendo el destacado líder del club azulgrana. Casi todos sus números mejoran cualquier prestación previa en España, cuando perteneció a la disciplina del Real Madrid. Desde sus 21,1 puntos (saldó el ejercicio 12/13 con 12,2), su 65,5% en tiros de dos, rebotes (6), asistencias (2,2), faltas recibidas (6,3) y, por supuesto, valoración: 26,6. Casi ni un pero que ponerle al montenegrino, que en menor medida también viene cumpliendo en la Euroliga: cuarto en el ránking de valoración con 20,2 de media.

Gritos de "¡MVP, MVP!"

En la misma línea se pueden valorar las prestaciones de Gio Shermadini, que en absoluto ha dado síntomas de necesitar un periodo de acoplamiento para empezar a destacar en la pintura canarista. Tras dos campañas en el Unicaja con un rol menos relevante, el interior georgiano vuelve a ponerse galones de verdad. Es cierto que el de Mtskhetta está jugando más que en ejercicios pasados (28 minutos de media frente a los 26 que hizo en Andorra hace tres años), pero sus prestaciones numéricas han crecido exponencialmente en no pocos aspectos. A ello, Gio añade una entrega superlativa, en las antípodas de un jugador que solo se preocupa por embellecer sus estadísticas. Tirarse al suelo para luchar por un balón o un robo a Albert Oliver por su insistencia en un trap, son ejemplos manifiestos de ello y que exhibió, sin ir más lejos, el pasado domingo. La grada del Santiago Martín, que no es tonta, ya lo idolatra y, en alguna que otra ocasión le ha coreado -merecidamente- eso de "¡MVP, MVP!".