La noticia de la detención de Aritz López Garai coincidió con la parte final del entrenamiento que realizó ayer el Tenerife en las instalaciones de El Mundialito, y se convirtió en el comentario principal entre los jugadores en la zona de vestuarios.

En poco más de una semana, el que había sido jefe de esa misma plantilla no solo había sido despedido por los dirigentes del club por los malos resultados del equipo, sino que ahora entraba, de manera inesperada, en otro plano de la actualidad por un asunto que incluso fue objeto de una pregunta en la rueda de prensa que ofreció uno de los futbolistas.

Con muy poca información, ya que se había enterado de lo ocurrido minutos antes, el mediapunta sevillano Borja Lasso aprovechó su intervención para defender la presunción de inocencia de Aritz. "No voy a entrar a valorar este tema", advirtió Borja antes de recordar que "todo el mundo tiene la presunción de inocencia", de manera que se mostró prudente en una breve respuesta. "Cuando salga lo que tengan que decidir los jueces, ya se verá", se limitó a decir Lasso.

La sorpresa entre los blanquiazules no fue solo por la inclusión de López Garai en la relación de investigados. También llamó mucho la atención que quedaran relacionados con la Operación Oikos dos jugadores en activo que llegaron a ser compañeros de futbolistas del Tenerife. Es el caso del central del Córdoba Francisco José Pichu Atienza, quien convivió en el Hércules con el alicantino Álex Muñoz y en el filial del Sevilla con Borja Lasso. Por su parte, Íñigo López, ahora en el San Sebastián de los Reyes, militó la pasada campaña en el Deportivo de La Coruña, como Ortolá y Nahuel.

La detención del agente de futbolistas Rodrigo Fernández Lovelle también golpeó al plantel tinerfeño; concretamente, al lateral utrerano Luis Pérez, ya que se trata del mismo intermediario que lleva sus asuntos profesionales.