La isla de Tenerife tiene el mejor clima de Europa, lo dice uno de los mejores entrenadores de tenis del mundo, una voz autorizada que, además, actúa como uno de los mejores prescriptores que tiene la Isla en el mundo de la raqueta. El clima es tan solo uno de los aspectos, y es que a ello hay que sumarle gastronomía, franja horaria e instalaciones.

La planta hotelera isleña tiene entre sus mejores joyas al Hotel Bahía del Duque, un hotel que cambió el perfil de cliente que llegaba a Tenerife Sur hace unos años y hoy es capaz también de satisfacer las necesidades de los mejores jugadores de la ATP en sus pistas y en su espectacular Bahía Wellness Retreat. El lujoso complejo hotelero de cinco estrellas ofrece todo lo que necesita para sus pupilos el coach Günter Bresnik: pistas -duras- de tenis, gimnasio, zonas de descanso -Casas Ducales-, parajes naturales, piscinas y diferentes servicios, entre ellos como un spa en el que relajarse y buscar conexión mente-cuerpo.

Günter siempre se ha sentido "muy bien tratado" en el Bahía del Duque, un alojamiento que, según dice, tiene todo lo que necesita él para sus aprendices. "Pese a no ser el más barato -bromea- decido venir aquí porque me compensa enormemente". Por otro lado, destaca la proximidad con Tenerife Top Trainning, centro deportivo que actúa como "complemento muy importante" para la preparación de sus tenistas; en esta ocasión, ha arribado a Costa Adeje con unas promesas que están llamadas a entrar en el top 100 ATP.

"En invierno, en el resto de Europa, los deportistas se ven obligados a hacer la pretemporada en canchas cerradas - indoor - y eso conlleva a enfermedades que les perjudican. Aunque esté a cuatro o cinco horas del país de origen, Tenerife es mejor alternativa que Florida, Doha, Dubái o Miami. Este es el mejor sitio del planeta para los entrenamientos de un deportista de primer nivel", argumenta el reputado entrenador que, de manera preferencial frente a otros de sus homólogos, elige un mes de invierno para venir con sus huestes al Bahía del Duque.

Bresnik, entrenador hasta el presente año del hasta ahora número 4 del mundo, Dominic Thiem, acompaña su discurso con una humildad impropia, por lo general, de la élite: "Para Tenerife no debe ser un honor que yo venga, al contrario, soy yo el que me siento afortunado de venir a un sitio con un clima tan bueno". El austriaco, en su exposición, subraya la "alta calidad" de la gastronomía canaria. "El pescado, la fruta y las papas arrugadas son increíbles. Además, se consigue a un precio razonable. Al fin y al cabo, la alimentación es muy, muy importante para los tenistas".

El contrastado entrenador, que llegó a cursar estudios de Medicina, actúa como prescriptor de la Isla como escenario ideal para pretemporadas de grandes deportistas -no solo ha traído tenistas si no a dos profesionales del golf-; no obstante, revela que "no hace falta convencer" a los deportistas para venir a Tenerife, ya que "ellos lo prefieren" frente a otros lugares con "cambio horario, que mata a los tenistas", asegura. La retroalimentación es "muy buena, siempre dicen que es maravilloso", comenta el vienés sobre el feedback que le dan los élites.

Estima a su expupilo Thiem

El pasado mes de mayo se oficializó que Bresnik y Thiem, otrora entrenador-jugador, separarían sus caminos después de uno de los idilios más duraderos de la historia del tenis actual. Günter, un enamorado de pulir promesas del tenis, cogió las riendas de Dominic cuando éste tenía 8 años, 17 cursos después tocó despedirse. "Técnicamente hablando, Dominic Thiem es el mejor jugador junto con los tres grandes -Nadal, Federer y Djokovi?-. Ha sido capaz de ganarle a Nadal tres veces en tierra batida. Creo que, en los dos-tres próximos años, podrá tocar alguna vez el número uno", aduce su exentrenador.

Época de bonanza histórica

Desde su sapiencia tenística, Bresnik sigue las evoluciones del circuito mundial con asombro y sin titubear a la hora de esbozar una sentencia cuando menos llamativa: "Estamos ante la mejor época de la historia del tenis. No hay discusión". Buena parte de culpa se la atribuye al reconocible big three compuesto por el español Nadal, el suizo Federer y el serbio Djokovi?. De los dos primeros destaca su carácter y personalidad, que han llevado al tenis a otra dimensión, a otro nivel.

En referencia a esos jugadores dice que, "han ayudado a subir el nivel y que el tenis sea seguido en la actualidad por mucha más gente", asevera.

Más allá de los que considera los "mejores tres tenistas de la historia", Bresnik menta a otros cinco como son "Dominic (Thiem), (Stéfanos) Tsitsipás, (Alexander) Zverev, (Daniil) Medvédev y, quizá, Denis Shapovalov", jugadores capaces de "competirle en rondas finales de los grandes torneos a los mejores", enaltece.

Nadal, un fuera de serie

A Bresnik le pasa lo que a muchos entendidos del deporte de la raqueta, se queda sin calificativos a la hora de referirse a Rafael Nadal, actual número 1 del mundo y bastión español en la consecución de la reciente Copa Davis. "Nadal es el mejor competidor de la historia del deporte. Es muy listo dentro y fuera de la pista, cosa poco común a estos niveles", profundiza el austriaco. En referencia al balear, y utilizando como referencia el triunfo en el US Open 2019, Günter conjetura con que Rafa pueda sumar su vigésimo Grand Slam en el Abierto de Australia (del 20 al 27 de enero).

La escasa llegada de tinerfeños

La Isla, pese a recibir a grandes figuras del tenis mundial, sigue adoleciendo un déficit significativo de referentes en las pistas. Para Günter Bresnik, los tinerfeños se encuentran con una serie de inconvenientes entre los que están "la lejanía, el coste de los desplazamientos y la escasa competitividad", parámetros que casan con que, el clima, perfecto para los foráneos -ya han venido Kim Clijsters, Denis Shapovalov, David Goffin, Andréi Rubliov, Jan Lennard Struff, Joao Sousa, entre otros-, invita a los locales a "preferir hacer otras cosas", conjetura en entrenador. Empero el técnico no considera esta situación como algo irreversible: "Se podrían crear academias con buenos entrenadores que hicieran crecer a los tenistas".