Los dos triples claves convertidos contra el Gaziantep y los cuatro que enchufó el domingo en los ocho minutos finales ante el Betis son la mejor carta de identidad del europeo. Y es que Sasu tiene licencia de su técnico para jugárselas. Él, por ahora, no está defraudando. "Soy un tirador", afirma sin titubear el de Helsinki, cuando se le cuestiona por la supuesta responsabilidad que recae en sus espaldas en esas situaciones a la desesperada. "La verdad que tenemos muchos sistemas en los que yo puedo tirar, y aunque es cierto que me puedo considerar un jugador importante dentro del equipo, no creo que tenga una responsabilidad mayor, ni tener que hacer cosas que no hacía antes", explica el jugador nórdico.

Números en mano, Salin lanza 7,8 triples por encuentro, de los que convierte 2,7, siendo el sexto jugador de toda la ACB que más tiros de tres emboca. Pero si se le da una vuelta a las estadísticas, el finlandés es el más destacado de toda la competición en tiros desde el perímetro por minuto jugado, nada menos que 12,9 en la proporción a 40 minutos. O lo que es lo mismo, un triple lanzado cada 3 minutos y 5 segundos en pista, seguido de cerca por el 3:06 de Fletcher Magee. En sus cuatro temporadas y media anteriores en la ACB el ahora aurinegro no tiró prácticamente nunca con tanta asiduidad.

La producción ofensiva de Salin también se encuentra condicionada por otros factores. Por un lado, tal y como se vio el domingo, de la capacidad para recepcionar, saliendo de bloqueo, y lanzar. "Ellos estuvieron bien en defensa y no conté con muchos espacios para recibir y tirar", reconoce Sasu, que, sin ventajas, prefirió "pasar dentro a Gio porque tenía ventajas". Fuera de su hábitat natural, el exterior canarista también debe trabajar su cabeza para no desesperarse ante la ausencia de ocasiones para mirar el aro. "Antes, cuando era un poco más joven, sí me desesperaba un poco, pero ahora no me pongo nervioso. Sé que el partido es muy largo y acabaré teniendo la oportunidad de tirar", relata sobre este asunto. "Tengo la sangre fría porque nací en Finlandia; soy como el hielo", dice entre risas. A ello añade el nórdico su desgaste en defensa, donde es habitual verle pegado como una lapa a su homólogo rival. AJ Slaughter puede dar buena fe de ello.

A pesar de esa frialdad más que contrastada, Salin admite que la mala dinámica triplista en la que se ha visto imbuido prácticamente todo el equipo en estos dos meses también le afecta. "Hay ocasiones en las que me da la sensación de que no voy a meter ninguna", reconoce sin encontrarle una explicación, ya que en la plantilla "hay buenos tiradores". "Lo demostramos en los entrenamientos, pero cuando jugamos no sé por qué, los tiros no entran", añade. Mientras el Iberostar Tenerife da con la tecla para ese desbloqueo colectivo desde el arco, siempre tendrá a Sasu para sofocar los apuros.