Definitivamente ha cogido este Iberostar Tenerife una costumbre, la de resolver sus partidos en el último suspiro, poniendo a prueba las posibilidades de sacrificio de sus propios integrantes, y llevando al límite la capacidad cardiaca de toda su parroquia. Lo hace además, el conjunto de Txus Vidorreta, con una curiosa manía, la de dejar para el final todo lo que no pudo o supo hacer antes, y apelando a remontadas casi inviables. La última, ayer, contra un respondón y práctico Coosur Real Betis, que afrontó los ocho últimos minutos con una renta de 10 puntos: 61-71. Ahí, en el enésimo imposible, los aurinegros se pusieron las pilas. Al margen de una denodada labor de intendencia de los secundarios (buenas defensas y varios rebotes ofensivos logrados por garra), Huertas (15 asistencias) lo vio todo más claro, Shermadini se hizo más grande en la zona y Salin apareció -por fin- con cuatro triplazos para obrar el milagro.

No fue nada malo el arranque canarista, controlando el rebote, con Shermadini posteando con facilidad y corriendo la calle central, y Díez aportando dos triples (11-6). Pero cuando calentaron la mano, los béticos respondieron desde el perímetro (13-15) antes de que la segunda unidad local le diera una velocidad extra al duelo gracias a los tiros de tres de López y Yusta, y la impronta de Lundberg en los dos lados de la cancha (23-17).

Con las rotaciones también comenzó a sufrir dentro el Iberostar, poco sólido en el uno contra uno y sin saber cerrar su rebote. Martín e Izundu dieron continuidad al buen inicio de Whittington para equilibrar la balanza (25-25). Los isleños, mientras, sobrevivían gracias a su presencia en los tiros libres (32-29), con algún que otro chispazo de Shermadini y dos buenas acciones ofensivas de Huertas (dos libres y un triple tras una buena circulación) para alcanzar una renta que llegó a ser de siete: 39-32.

Pero entre que los isleños no terminaron de atar en corto a Whittington (13 puntos al descanso) y que seguían desangrándose en su propio rebote (10 capturas ofensivas de los béticos en los dos primeros cuartos). Con Gio mucho más tapado cada vez que recibía, y Huertas encimado constantemente desde línea de fondo por Sipahi, el Canarias se vio con un parcial de 1-9 (40-41, 22'). Colapso del que parecieron salir los tinerfeños con un par de triples y la combinación entre Shermadini (controlando el rebote defensivo) y Huertas (50-46).

El Betis, sin embargo, nunca se puso nervioso y amparado por una buena defensa de ayuda interior, la extramotivación en los dos aros de Niang, la mano de Borg (dos triples), y el oficio de los veteranos Martín y Oliver, fueron maniatando a los tinerfeños hasta el punto de firmar un parcial de 5-18 (55-64). Actuación coral verdiblanca (anotaron ocho jugadores en el tercer acto) y puntería exterior (4/6 en triples) para equilibrar su nula presencia tras el descanso en el rebote ofensivo.

Contra las cuerdas (61-71, 32'), el Iberostar reaccionó. Primero aprovechando una absurda antideportiva de Izundu con dos libres de Huertas y un triple de Salin, su primer acierto después de más de tres cuartos en los que apenas recibió un balón en condiciones (66-71). Los locales se lo creyeron, apretaron los dientes atrás y se metieron de lleno en el duelo (71-73 tras un generoso esfuerzo y robo de Gio). El despertar sirvió a los de Vidorreta para al menos mantenerse a rebufo de los andaluces en medio de intercambio de canastas y un mano a mano en los dos aros de Huertas y Sipahi. El triple pareció inclinar la balanza en favor de los de Segura (81-85), pero entre el redoble defensivo local, un Salin ya lanzado (cuatro triples en seis minutos), el empeño aurinegro en el rebote ofensivo (cuatro en los dos minutos y medio finales), la decisión de Yusta hacia el aro (2+1), y la enésima conexión entre Huertas y Shermadini (mate del georgiano) voltearon la situación para el alborozo de equipo y grada en la consecución de una sexta victoria que acerca al Canarias a su primer objetivo: la Copa del Rey.