Sin prisa pero sin pausa. Así trabaja el CD Tenerife para encontrar un sustituto idóneo para Aritz López Garai. La victoria ante el Sporting de Gijón, con el interino Sesé Rivero a los mandos, aporta la dosis de tranquilidad necesaria para afinar la búsqueda y elegir bien. Eso pretende Miguel Concepción, que se refiere más a la Comisión Deportiva que a Víctor Moreno cuando habla de esa labor.

En esta tesitura, el director técnico de filiales podría sentarse de nuevo en el banquillo el próximo sábado contra la UD Almería (Heliodoro Rodríguez López, 17:00 horas). Ganó el pasado viernes la partida al pesimismo que rodeaba el entorno, con una victoria que da aire en la tabla a los insulares, y le ha dado, además, naturalidad a la convivencia con los jugadores, alentando la autogestión, no como maniobra de rechazo a su jefe temporal, sino como colaboración para sacar adelante el envite.

La cúpula de la entidad está satisfecha con la labor realizada por el triunvirato Sesé/Quique/Ricardo y considera que se tomó la decisión acertada al decantarse por esta posibilidad en lugar de otras alternativas manejadas. Aunque al descanso de El Molinón la lectura era otra, el relevo en el banquillo queda justificado con el final de la mala racha de ocho jornadas sin ganar que había acompañado al equipo tinerfeño hasta este fin de semana.

El objetivo era romper la tendencia negativa cuanto antes y ganar tiempo para no equivocarse en la elección del nuevo inquilino del banquillo. Después de una primera criba, en la que no ha participado directamente Víctor Moreno, se ha escogido el perfil deseado: algo más de experiencia, liderazgo y una línea de juego parecida a la de este inicio de competición. El todavía director deportivo, sin capacidad de decisión, sí ha presentado candidatos. Su lista no ha diferido mucho de la del verano, pero no es la única.

Miguel Concepción, que viajó a Gijón el mismo viernes, regresó a Madrid a primera hora de la mañana de ayer. Su intención sigue siendo la de aceptar la salida de Moreno sin coste alguno para la entidad. La dificultad de esta misión alargará un culebrón que parece condenado a un acuerdo entre las partes.