Hacer caso omiso a la situación del rival. El Iberostar Tenerife recibe este mediodía al Coosur Real Betis, actual colista de la competición, una posición que mal harían los isleños en tomar como referencia, y con más razón aún a tenor de lo que viene siendo uno de sus mayores pecados este curso: arrancar los partidos a ralentí y luego verse obligado a un sobreesfuerzo que no siempre acaba con recompensa. En tratar de evitar cualquier atisbo de relajación desde el salto inicial ha trabajado estos días el técnico Txus Vidorreta, sabedor de que doblegar hoy al cuadro sevillano es casi una de esas obligaciones que marca el calendario y, a la vez, un paso más en su propósito de empezar a encarrilar una nueva presencia en la Copa del Rey.

Si a los canaristas les suena el despertador en hora y evitan que su rival adquiera confianza de entrada, tendrá el Iberostar Tenerife un buen trecho recorrido para poder sumar su sexta victoria en diez jornadas. La de hoy volverá a ser una buena prueba de fuego para comprobar la solvencia de la segunda unidad aurinegra, aquella que hasta ahora solo ha producido de manera esporádica, con chispazos como el ofrecido por Lundberg (11 puntos en el último cuarto y triple ganador) el miércoles en Letonia. Una aportación necesaria para eludir la dependencia de la dupla Huertas-Shermadini, que tan buenos réditos ha venido dando hasta la fecha, pero que podría tornar en perniciosa -por el consiguiente esfuerzo físico de ambos y por lo previsible del equipo- con el paso del tiempo.

Ya en clave global, quiere Vidorreta que los suyos vuelvan a divertirse sobre la cancha, sensación clave para su estilo de juego -donde compartir el balón con fluidez es seña de identidad en el decálogo del técnico bilbaíno- y que no han demostrado tener en sus encuentros más recientes. Una espesura que va de la mano de un pobre porcentaje en el tiro de tres puntos, otro de los debes canaristas en buena parte de los 15 partidos que han disputado hasta la fecha.

Al margen de acercarse a sus prestaciones más convenientes, el Iberostar debe redoblar su atención ante un rival que pese a no haber ganado todavía a domicilio (ha caído contra Murcia, Valencia, Baskonia, Unicaja y Burgos) se plantará en el Santiago Martín con un reajuste de roles ante la inesperada salida al Zalgiris Kaunas de uno de sus referentes ofensivos, KC Rivers. Un hueco del que se podría beneficiar en el puesto de tres un hasta ahora irregular Demetrius Conger. La presencia en los verdiblancos de los excanaristas Petit Niang y Tobias Borg es uno de los puntos de interés del club bético, a la vez que un factor más a tener en cuenta por una posible extramotivación de ambos, en especial del senegalés, que vuelve a la que considera su segunda casa.