El Sanaya Libby's La Laguna pierde la primera plaza de la Liga Iberdrola después de ceder en el tie-break ante el Feel Volley Alcobendas. Las de Flavia Dias se repusieron a la baja de última hora de Alicia Perrin y a un mal arranque. Janine Sandell salió para salvar los muebles cuando peor figuraba el guion. No obstante, la velocidad de las madrileñas, comandadas por Lindsay Malloy (24 puntos), acabó por desarbolar a un equipo que ya mira el Voleibol Logroño por el retrovisor.

Empezó como cada vez que ha salido victorioso, perdiendo el primer set. El Sanaya Libby's sufrió en carnes propias lo que es un equipo eléctrico y muy incisivo. Eso, unido a la baja de última hora de Perrin por un pinzamiento en la espalda, dificultó las cosas. Las blanquiazules empezaron muy fuertes pero, tras una secuencia de errores no forzados, salió damnificado (23-25).

Nira Pérez arreglaba los desaguisados del resto. En el segundo set, y después de un tiempo muerto solicitado por Gallardo, el Alcobendas inclinó la pista hacia la letal Lindsay Malloy. Las de Flavia Dias buscaron ser pragmáticas pero carecían de una líder. Schlegel y Savard no se encontraban. Entonces, salió a pista Janine Sandell. La británica salió a apagar fuego y terminó incendiando a la defensa roja. Las blanquiazules, ni con la británica 'on fire' lograron frenar la rapidez oponente (22-25).

En el tercer set, las sensaciones eran diferentes. El Sanaya Libby's La Laguna volvió a tirar de suspense para su filme. Las leonas, con un parcial de 6-0 pusieron el 10-6 que dio alas. Araco, huérfana por momentos, hizo dos puntos con dos fintas y se apoyó en Sandell -terminó con 17 puntos-, que cerró el set (25-23).

Salió el Haris, con una afición que lo llevó en volandas a por una nueva proeza. Dias no titubeó y volvió a prescindir de su capitana Schlegel. Savard se aprovechó de que la defensa comandada por Elizaga y Clark se obsesionaron en frenar a Sandell, ahí resucitó Savard para el 25-19. En el tie-break, salió cruz para las locales que ni con más de un millar de aficionados se aferraron a la imbatibilidad.